Clea Fitz-James Stuart revela su adicción a las drogas: «Estaba completamente desahuciada»
La aristócrata de la familia de Alba confesó en el pódcast 'Charlas adictivas' cómo fue el episodio más oscuro de su vida y cómo se encuentra actualmente
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Iniciar sesiónLa sobrina segunda del duque de Alba, Clea Fitz-James Stuart, ha abierto su corazón en entrevista con 'Charlas adictivas', un pódcast especializado en la prevención de adicciones. En conversación con el terapeuta y exadicto en recuperación Ruy Arroyo, con ... quien mantiene una amistad de muchos años, la diseñadora ha compartido su desgarradora experiencia con la adicción, un problema que la atrapó cuando tenía 17 años y del que logró salir a los 36.
Su historia es la de la mujer que ha enfrentado el infierno de las drogas y ha conseguido reconstruir su vida. «Creo que es importante que hagas este trabajo. La divulgación en el tema de la adicción es esencial», le dijo a Arroyo, con quien vivió en paralelo su proceso de recuperación. «No tenía ninguna otra opción. Estaba completamente desahuciada... Llevaba cuatro días en cama, parecía una heroinómana, mi único futuro era morirme, no quería hacer otra cosa, no podía más», confesó la artista.
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La aristócrata relató que durante años intentó distintas soluciones sin éxito, incluso un exorcismo. «Había ido a un montón de psicólogos, psiquiatras, gurús... un exnovio mío me hizo hasta un exorcismo», reveló entre risas. Sin embargo, fue su hermana María quien le hizo ver la gravedad de su situación. Fue en ese momento que Clea tomó la decisión de ingresar en un centro de desintoxicación, exactamente un mes antes que Ruy Arroyo ingresara. «Llegué a la clínica con seis cajas de lexatines. Tenía el cerebro destrozado, no sabía lo que sentía, lo que no...», recordó con crudeza.
«Era todo una puta mierda, no tenía nada, pero nada fuera ni nada dentro. Yo no sabía lo que era real, lo que estaba bien o lo que estaba mal», agregó sobre cómo fueron los duros años de recuperación. Sin embargo, hoy la artista ha logrado reconstruir su vida, aunque sigue enfrentándose a las secuelas emocionales de su adicción. «Hace relativamente poco que me he vuelto a sentir conectada», confesó durante su conversación con Arroyo.
«Estoy viva de milagro», confiesa Clea. «Y no solo por el consumo, sino porque me he metido en situaciones bestiales. Mis amigos eran narcotraficantes. Alternaba con gente con pistola como si fuera lo normal. He hecho cosas que solo ves en las películas», continuó entre lágrimas.
Como superviviente de las adicciones, Fitz-James Stuart está escribiendo un libro sobre su experiencia. En él, narrará su proceso de recuperación y los momentos más oscuros de su vida con la finalidad de poder ayudar a otras personas a que salgan de ese oscuro hueco e incluso, evitando que otros ingresen a este mundo. «Cada vez tengo más claro que soy adicta de nacimiento, por traumas infantiles o lo que sea», explicó.
Con su testimonio, en el que confiesa que comenzó a beber a los 17 años y que sus adicciones más grandes fueron el alcohol y las benzodiacepinas, Clea pone sobre la mesa la importancia de la concienciación de las adicciones dejando un claro mensajes: se puede salir de las drogas, pero el camino no es fácil.
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