Claudia Schiffer, la supermodelo que no pasa de moda

La alemana cumple 52 años alejada de las pasarelas, pero no de la moda. Su estilo y belleza siguen cautivando

Claudia Schiffer GTRES

25/08/2022
Actualizado 26/08/2022 a las 00:30h.

Hoy en día, cualquier adolescente con teléfono móvil domina el arte del posado fotográfico, ensayando una y otra vez las caras, los gestos -y los filtros- para sacarle el máximo partido a la belleza de su rostro. En 1987, tras ser descubierta en una discoteca ... de Düsseldorf por Dominique Galas y Michel Levaton, de la agencia francesa Métropolitan Models, Claudia Schiffer (52 años) era una chica tan ajena a la moda y, sobre todo, con una timidez patológica insuperable, que lo único que le salía cuando le pedían que mirase a cámara era una sonrisa. Pero, ay, qué sonrisa. Para ella, era un escudo protector, un gesto espontáneo; para el espectador, un arma de seducción, un gesto cautivador. Claudia tenía 17 años, medía 1'82 metros, lucía melena rubia, miraba al mundo con sus ojos azules y vivía con sus padres y tres hermanos. Una familia que le dio permiso para probar fortuna como modelo con una condición, que siguiera con sus estudios, así que solo trabajaría los fines de semanas y en las vacaciones escolares. El trato duro poco, porque la carrera fue tan espectacular que pronto se convertiría en supermodelo, un status que solo alcanzarían las grandes: Naomi Campbell, Elle McPherson, Cindy Crawford…

Adorada por Karl Lagerfeld, que vio en ella a la nueva Brigitte Bardot y puso Chanel a sus pies, inició una espectacular carrera de 35 años en la que protagonizó más de 1.000 portadas, siempre retratada por los grandes (Avedon, Testino, Ritts…) para las marcas referentes de la moda, desde Balmain a Yves Saint-Laurent. Se retiró de las pasarelas para regresar, de manera excepcional, para rendir tributo a su mentor Gianni Versace.

20 años casados

Tras tomarse una copas de más, Melanie Griffith le hacía una confesión a Harrison Ford en 'Armas de mujer': «Tengo un cuerpo para el pecado y una mente para los negocios». La cita le viene a Claudia como anillo al dedo. La revista 'Forbes' la bautizó como «la modelo de los 100.000.000 de dólares»: habla varios idiomas, creó un curso de gimnasia al estilo Jane Fonda, montó una cadena de restaurantes que llegó a tener sede en Barcelona, ha publicado un libro, tiene su propia línea de maquillaje, diseña zapatos para Aquazzura… Claudia es una máquina de hacer dinero. Y en sus redes sociales ha sabido crear un estilo que se adapta a los nuevos tiempos, ejerciendo de 'influencer' sin jugar a serlo.

En 1993, la modelo conoció al mago David Copperfield en circunstancias nunca reveladas. Un año más tarde anunciaron su compromiso. La noticia causó cierto revuelo porque muchos lo catalogaron más como una campaña de imagen que de un verdadero romance. De hecho, el mago desapareció de su vida sin más: ni hubo boda ni explicaciones. Hay había truco seguro.

Pero el amor de su vida llegó por casualidad. Conoció al director Matthew Vaughn y su vida dio un vuelco. La relación fue tan especial que incluso la pedida de mano fue única. Matthews se puso de rodillas y le regaló una tortuga. En mayo de este año celebraron 20 años como matrimonio. La pareja, que tiene tres hijos: Caspar, Clementine y Cosima, ha apostado por un estilo de vida alejado del bullicio urbano: viven en el campo, en un pueblecito de Oxfordshire, Inglaterra.

Con la estricta dieta que llevan la supermodelos, no sabemos si Claudia Schiffer ha probado las ensaimadas. Ahora bien, que las conoce, no tenemos ninguna duda. Al fin y al cabo, la alemana es medio mallorquina. Pasó muchas vacaciones en la casa de verano que sus padres tenían en Camp de mar, que vendió recientemente por cinco millones de euros y que le valió un disgusto: un vecino la denunció por talar dos árboles que bloqueaban las vistas al mar. En 2005 vendió su finca en Camp Andritxol a un oligarca ruso por 11 millones. Mallorca siempre ha sido su querida isla. Falta ver si la echa tanto de menos como para volver.