Charlie Sheen desnuda su alma en una biografía y documental de Netflix

Charlie Sheen está de celebración. En todos los aspectos Imaginables. Cumplió 60 años el 2 se septiembre y también ocho de sobriedad. No es poca cosa si se conoce su increíble historial de excesos, sucesos, escándalos y hedonismo. 'No limits', que dicen por allí. Lo celebra y lo cuenta todo en 'The Book of Sheen' y el documental 'Aka, Charlie Sheen', disponibles en todo el mundo el 9 y el 10 de septiembre, respectivamente.

Hubo un tiempo en que Charlie Sheen era noticia cada semana por sus alucinantes sucesos. Unas veces era con cuántas mujeres se había acostado en una misma cama. Otras era cuántos litros (sí, litros) de ginebra se había metido en el cuerpo. O qué desmadrado cóctel de drogas se había preparado para volar a muchos miles de kilómetros de aquí. Cualquier suceso inimaginable era perfectamente imaginable en el inabarcable mundo de Charlie Sheen.

«No tenía adónde ir», le ha contado ahora a 'People' sobre su largo viaje montado a lomos de las drogas, una adicción que, como suele pasar, dejó incluso antes de abandonar la bebida. «Y sea cierto o no, creo que la siguiente dosis me habría matado», comenta a la revista. ¿Y el alcohol? Pues lo dejó de golpe un día después de darse cuenta de que quería ser el tipo de padre en el que sus hijos (Cassandra, Sami, Lola, Bob y Max) pudieran confiar después de encontrarse demasiado borracho como para llevar a Sami a una cita.

«Conservo situaciones realmente horribles en un móvil que me dan vueltas por la cabeza como uno de esos objetos que se cuelgan sobre la cuna de un bebé. Y cada vez que pienso que 'eso sería una gran idea', hay un ejemplo al que puedo recurrir y recordar que no sería buena idea: solo la vergüenza, la angustia y el caos. Todo sigue ahí», relata ahora.

En octubre de 2000, el actor reveló que se había acostado con al menos 5.000 mujeres y había participado en orgías con 50 personas. Sin embargo, aquella agitada vida sexual se vio truncada tras revelar públicamente su estado serológico respecto al VIH en noviembre de 2015. «No podría tener sexo en una cárcel de mujeres», afirmó.

Divorciado en tres ocasiones, lo que cuenta ahora Charlie Sheen es canónico entre los adictos, pues admite que echa de menos partes de su antiguo estilo de vida. Por ejemplo: «Añoro la primera hora de copas. Si tan solo pudiera beber una hora, quizá lo haría. Pero es 15 horas después de esa primera copa cuando las cosas se complican».

Charlie Sheen narra ahora una historia, su historia, que es una especie de tragicomedia en ambos actos de un realismo capaz de provocar tanta hilaridad como compasión. «Estoy nervioso y está bien. Si no lo estuviera, no me sentiría bien«, dice sobre las sensaciones que le produce desnudar su vida y alma en unos proyectos que en realidad no surgieron de la necesidad de corregir los errores de su pasado ni de presentarse como una víctima. Simplemente lo soltó.

«El perdón sigue evolucionando. Todavía siento lo que llamo 'escalofríos de vergüenza'. Estos son los momentos que me impactan, de los recuerdos, decisiones y consecuencias atroces. Cada vez son más frecuentes, así que supongo que eso es progreso. Lo interesante de enmendar los errores es que la mayoría de la gente me ha dicho: 'Sí, somos buenos, pero esperamos que también te hayas perdonado'. Tengo que recordar que eso también es parte del proceso», insiste.

Ahora Charlie Sheen agradece estar vivo tras sobrevivir a noches en las que podía meterse tranquilamente varios gramos de esa terrible combinación que forman el crack y la cocaína, pero sobrevivir noche tras noche. «En mis fiestas, siempre decía: 'Deja tu juicio en la puerta. Nada de dolor en la habitación. Y nadie puede morir'. Esas eran buenas reglas», era su eslogan.

Martin Sheen fue el capitán Willard de 'Apocalypse Now' y sobrevivió a toda aquella locura de rodaje, pero seguramente no imaginaba que uno de sus hijos saldría aparentemente indemne de ese apocalipsis infinitamente mayor que ha sido su propia vida. Charlie Sheen ha vivido para contarlo.