Charlène de Mónaco: los 47 años de la princesa más enigmática, polémica y silenciosa

Históricamente, Mónaco ha sido una de las casas reales más atractivas para el 'espectador' más neutral y amante de las historias. Pocas cosas han sido allí convencionales, desde la llegada de la actriz Grace Kelly a la serie de catastróficas desdichas que han asolado a la familia para cultivar aquello que se conoce como 'la maldición de los Grimaldi'. En este sentido, casi parece hasta natural que Charlène de Mónaco forme parte de su historia.

Fue a primeros de julio de 2011 cuando Mónaco vibró con el matrimonio -que incluyó fuga de la novia- entre la bella Charlène y el expansivo príncipe Alberto después de un noviazgo original. Recién llegada de los Juegos Olímpicos de Sídney tras participar como nadadora del equipo sudafricano, Charlène Wittstock conoció a su príncipe mientras competía en el principado en el evento del Mare Nostrum en el año 2000.

Ganó el oro en los 200 metros espalda y el resto es historia, incluidas sus idas y venidas, con su 'reclusión' de un año en Sudáfrica a principios de 2021. Entonces, Charlène viajaba a su país natal como parte de su tarea filantrópica dentro del Principado y después de revelaba que tenía una infección como resultado de una cirugía anterior. Se la consideró «no apta para volar» para comenzar una extraña reclusión, nunca del todo explicada, que concluyó en la primavera de 2022 con su regreso al principado. «El camino ha sido largo, difícil y muy doloroso», diría. Desde entonces, sus apariciones se hicieron contadas y desde luego no se puede decir que haya llevado una vida según los cánones de representatividad de una monarquía al uso.

Charlène de Mónaco cumple 47 años y no se espera nada pomposo para su celebración, ni mucho menos. Lo hace en un año de enorme carga simbólica para su marido, pues en este 2025 Alberto de Mónaco cumplirá 20 años en el trono. Por extensión, será también un año importante para ella.

Se espera que el cumpleaños de este año sea más feliz que el del año pasado, cuando la familia real de Mónaco estuvo en el foco de la polémica después de que los periódicos 'Le Monde' y 'Le Libération' publicaran extractos de los cuadernos secretos del exasesor financiero del Príncipe Alberto, Claude Palmero, esa misma semana. Entre otras cosas, alegaron que la princesa Charlène había gastado mucho más de la asignación correspondiente (1,5 millones de euros anuales), derrochándolo en cosas tan superficiales como la decoración y las renovaciones del palacio y de su villa de vacaciones en Córcega o su renovación constante de armario con firmas exclusivas. Cuentan que la princesa gastó 15 millones de euros (aproximadamente 24 millones de dólares) en sus primeros ocho años de matrimonio con el príncipe.

En una entrevista con la revista francesa 'Gala' en noviembre del año pasado, Charlène habló sobre su próximo cumpleaños y la presión por mantenerse joven. Refiriéndose a su antigua carrera como nadadora competitiva, incluido el intenso entrenamiento que solía hacer, dijo que antes «me desafiaba físicamente», pero ahora «ya no puedo hacer eso... mi cuerpo no me lo permite». «Creo que hay que aceptarlo [el envejecimiento]. Perseguir la eterna juventud es una ilusión. Simplemente trato de mantenerme lo más joven posible en mi cuerpo y en mi corazón», añadió.

Los observadores reales han notado un cambio en la princesa en los últimos tiempos. «La princesa Charlène se ve más radiante que nunca, muy glamurosa», dice Marion Prudhomme, experta real de la revista francesa 'Point de Vue'. Y consciente de lo importante que es hacer visibles las promesas de evolución, en estos meses ha presentado un peinado con un cabello más largo y más sonrisas de las habituales -algo que tampoco era difícil- cuando ha aparecido junto al Príncipe Alberto y sus gemelos. ¿Una nueva Charlène por su 47º cumpleaños?