La cena de Año Nuevo de los reyes Federico y Mary de Dinamarca: simbolismo, un debut y un tenso reencuentro

La antigua soberana anunció su abdicación en favor de su hijo en el discurso de Navidad de 2023, pero esta no se hizo efectiva hasta el siguiente año. Y todo ocurrió en un contexto de lo más polémico, con aquellas imágenes de Federico y Genoveva Casanova paseando por Madrid y la distancia con Mary de Dinamarca.

Durante este tiempo, los Reyes de Dinamarca se han esforzado por dar una imagen de unidad y por eso el banquete de Año Nuevo aparecía como una cita marcada en rojo por todo lo que significaba, tanto explícita como implícitamente.

El rey ha congregado a toda la familia, incluidas su madre y su mujer, pero también su hermano Joaquín y su cuñada Marie. Instalado en país extranjero, el hijo menor de la reina Margarita siempre ha considerado que su hermano no era merecedor del honor que ahora ocupa. Y ahí siguen los dos, cada uno en su trinchera.

La cena de Año Nuevo no defraudó a nadie, pues contaba con suficientes alicientes para alimentar la crónica en rosa. «La reina María de Dinamarca parecía sacada de un cuento de hadas», apreciaba el 'Daily Mail'. «La madre de cuatro hijos, nacida en Australia, atrajo la atención con un vestido largo hasta el suelo de color verde botella, con escote y mangas de encaje, así como una cintura ceñida para resaltar su envidiable figura», añadía.

Con su cabello recogido y medio suelto, la reina, de 52 años, aparecía junto a su esposo, de 56 años, que exhibía el atuendo militar cargado de medallas típico de la celebración. Y a ellos se unió su hijo, el príncipe heredero Christian, un joven de 19 años que hizo su debut en el evento. Buena parte de las miradas (y esperanzas) de los fans de la monarquía danesa están depositadas en él.

La lista de invitados también incluyó a la Princesa Benedicta, de 80 años, y al hermano del Rey danés, el Príncipe Joaquín, quien asistió con su esposa, la Princesa María, al Palacio de Amalienborg en Copenhague. Cuentan que todo transcurrió con cordialidad y que los hermanos decidieron enterrar el hacha de guerra por un día.

La aparición de la Casa Real danesa se produce después de que la monarquía deseara a sus seguidores «una Navidad pacífica y feliz», palabras no escogidas precisamente al azar. La realeza parecía estar de muy buen humor mientras todos posaban juntos. El texto que se leía concretamente era este: «Desde el castillo de Marselisborg, donde ahora se reúne la familia real, les deseamos una feliz y pacífica Navidad».

El evento marcaba un año desde que Margarita anunciaba la abdicación en favor de su hijo Federico, quien asumiría el trono no sin una enorme polémica. Ya fue una sorpresa para los daneses enterarse de la noticia durante su discurso de Nochevieja de 2023.

En una instantánea publicada en Instagram, se pudo ver a Margarita sonriendo mientras charlaba con su nieto mayor, el príncipe heredero Christian, junto a un árbol de Navidad. Otra forma de intentar transmitir futuro y esperanza para la Corona.