Carlota Corredera: «A los hombres de verdad no les asusta una mujer con fuerza y carisma»

A Carlota la maternidad la ha hecho mejor persona: «Alba es lo mejor de mi vida. No todo es color de rosa. A veces es dura, sobre todo al principio, pero compensa. Es curioso cómo dejas de ser la primera». Ahora tiene nuevas preocupaciones: «Procuro luchar contra los miedos, pero ahora me asusta ponerme enferma, que me pase algo. No por mí, por ella. Perder a un padre, lo sé por experiencia, es algo muy duro que deja un vacío enorme». Para tranquilizarse, Carlota piensa en el mar: «Es como un bálsamo». O sigue su rutina: «Me gusta buscar espacios para el auto cuidado y sentirme feliz en soledad. Eso me procura estabilidad».

Mirando la foto de sus vacaciones en Formentera, Carlota recuerda su historia de amor con Carlos, su marido: «Yo tenía la felicidad de la soltería, pero cuando encuentras la persona correcta te das cuenta. Y aprendes que el amor no es sufrir. Yo venía de relaciones tóxicas. No quería que me hicieran daño, pero tienes que entender que los que llegan no tienen la culpa de lo que otros te han hecho». Está segura de que su amor es verdadero «porque no respondía a ninguna estrategia, no se calculaba cada paso. Tenemos que abolir de nuestra cultura refranes como 'el que bien te quiere te hará sufrir.' Yo no tuve que fingir mi carácter para seducirle, me ha conocido tal y como soy. Había gente que le preguntaba a Carlos si yo no le daba miedo. ¿Miedo? Si eso era precisamente lo que le gustaba de mí. A los hombres de verdad no les asusta una mujer con fuerza y carisma. Nosotros apostamos por quitarnos las caretas desde el principio y mostrarnos tal y cómo éramos. No tiene sentido hacerse los interesantes para luego ir descubriendo que todo es mentira». La jugada les salió bien, pero se la tuvieron que trabajar: «El amor tiene que aportarte. Nosotros llevamos doce años juntos y hemos evolucionado. Él se enamoró de una directora y está casado con una presentadora a la que persiguen los medios. Se ha tenido que adaptar, hemos vivido un aprendizaje. No somos una pareja perfecta, pero es que eso no existe. La búsqueda de la perfección solo genera infelicidad».

Carlota se imagina de viejecita con buena salud, escribiendo frente al Atlántico, como Jessica Fletcher, lejos de la ciudad. Su marido, sin embargo, se ve frente al Mediterráneo. Lo más probable es que acaben repartiéndose los veranos y los inviernos, como buenos jubilados

Junio de 2011. Como reza la letra de la canción 'La revolución sexual', «Va a suceder, es el verano del amor». Y tanto que lo fue. Carlota, por entonces directora de 'Sálvame', se había enamorado de Carlos, cámara del programa. Salían juntos desde mayo. Un mes de novios y se fueron juntos a Formentera: «La primera vez fui porque había visto 'Lucía y el sexo' y me enamoré de la isla. En la segunda, el viaje me sirvió para descubrir que había encontrado al hombre de mi vida». Muchas parejas se separan tras las vacaciones, no fue su caso: «El verano nos unió para siempre. Cuando uno empieza una relación, verse en la playa ayuda a quitarse todos los complejos». Fue el verano que cambió su vida.

A Formentera han vuelto más veces, «llevamos a nuestra hija cuando tenía tres años, tenemos un vínculo con la isla», aunque se sigue reconociendo «atlántica, aunque mi madre me dice que nunca debí probar el agua del Mediterráneo porque ahora el océano me parece frío». De pequeña, Carlota y sus hermanos no se iban de vacaciones porque su familia no se lo podía permitir, pero tenían la playa cerca: «Mi cordón umbilical me une a Galicia. Vuelvo todos los veranos, y como mi marido es cántabro, he ganado también el Cantábrico». Había que ver a los Corredera en la playa: sombrilla, mesa, sillas, nevera, tupper… El 'kit' completo: «En casa somos muy playeros, teníamos nuestra parcela en la arena. Mi madre era de las que estaba en la playa desde Semana Santa hasta la vuelta al cole». La única pega es que la presentadora descubrió hace unos quince años que es alérgica al sol: «Cometí muchos excesos de jovencita. Ahora me tengo que proteger. No soy de tumbarme a tomar el sol, pero me encanta hacer cosas al aire libre. Eso sí, a mi hija le echo mucha crema. Soy una madre coñazo con ese tema».