Así ha cambiado la vida de Rafa Mora tras dejar la televisión y convertirse en Policía Local
Tras despedirse de la telavisión en 2023, se alejó del foco mediático para opositar. Hoy celebra su nueva vida junto a su pareja Macarena, con varias propiedades y negocios que le dan la estabilidad que siempre soñó
Rafa Mora se convertirse en Policía Local con una de las notas más altas: su sueldo como agente y sus negocios
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Iniciar sesiónRafa Mora fue, sin duda, el más famoso del programa 'Mujeres y hombres y viceversa', y también quien más supo rentabilizar su paso por el programa. Logró hacerse con una silla en Sálvame tras competir con muchos otros compañeros que deseaban ese puesto, y ... terminó confraternizando con Kiko Matamoros hasta el punto de ser considerado, durante un tiempo, casi un miembro más del llamado «eje del mal», que en su momento integraron Kiko Hernández, Kiko Matamoros y la ya fallecida Mila Ximénez.
En aquellos tiempos, nadie habría apostado ni un céntimo a que un día él querría dejar la televisión. De hecho, comenzó a estudiar Periodismo a distancia mientras todavía formaba parte del medio. Y, sin embargo, en 2023 lo hizo. Se terminó Sálvame y él dijo adiós. Mientras el resto cruzó el charco de la mano de Netflix o buscó nuevos proyectos en los que embarcarse, él se alejó de todo y de todos. Se quedó en casa… y se puso a estudiar. Pero no para convertirse en periodista, sino para ser policía.
Es algo que su pareja, Macarena, ya había hecho antes: un año antes, ella había conseguido plaza como policía local en la zona norte de Madrid. Ahora, tras dos años de estudio y prácticas, él también lo ha logrado. Ya ha estrenado el cargo. En su caso, como Policía Nacional. Y hacerlo fue una decisión muy meditada:
«Sentí que era el momento de hacer algo de verdad por los demás. He vivido muy bien gracias a la televisión, pero quería estabilidad, sentido y servicio», declaró en Fiesta, donde hizo pública su decisión.
Nadie pensó que fuera algo tan firme, pero lo cierto es que durante todo este tiempo apenas se le ha visto siquiera en eventos públicos. Ha hecho apariciones muy puntuales y ha preferido no atender a la prensa, porque considera que ya no es un personaje público. Él ya estaba luchando por otra cosa hasta que lo consiguió.
Además, lo compartía en sus redes sociales, donde publicó imágenes junto a su pareja, su madre y el resto de su familia, acompañadas de estas palabras: «El esfuerzo es mucho, pero la recompensa es más. Hoy ya puedo decirlo bien alto y con orgullo».
Durante estos dos años ha podido permitirse no trabajar, gracias a que en su momento comenzó a invertir todo lo que ganó durante sus mejores años en televisión. Apostó por el ladrillo, siempre pensando en la rentabilidad. De hecho, recientemente ha hablado de su experiencia como inversor en redes sociales: ya cuenta con cinco inmuebles alquilados, cuatro en Valencia y uno en Ibiza. Algunos de ellos, según ha contado, ya están completamente pagados, por lo que los beneficios mensuales son limpios. No es extraño, entonces, que haya podido mantenerse alejado de los focos mientras estudiaba.
Además de los inmuebles, también ha invertido en salas de ocio y restaurantes. Comenzó de la mano de Jacobo Ostos, gran amigo suyo, con las cadenas Brasa y Leña, poco después de iniciar su carrera televisiva. Luego se embarcó en varios proyectos relacionados con salas de fiesta en la capital.
Ahora, además de crecer en su carrera como policía, se dedica a las redes sociales, donde genera contenido orgánico y realiza algunas colaboraciones. Algunas son junto a Macarena; otras, en solitario. Una de las más recurrentes es con las clínicas Estética EB y la doctora Elena Berezo, aunque también colabora con marcas de suplementos deportivos.
Lo que sí es constante en sus redes es Macarena. Su pareja desde hace más de siete años, y, sin duda, su relación más estable. Incluso llegaron a hablar de boda: él le pidió matrimonio en televisión. Pero, por ahora, ese evento no se ha celebrado. En sus inicios tuvieron algunos altibajos —sobre todo porque ella aún mantenía cierto vínculo con su expareja—, pero a día de hoy parece un capítulo completamente cerrado. No solo siguen juntos: viven juntos, están integrados en la familia del otro, y han sido un apoyo mutuo a la hora de opositar. Ahora disfrutan, por fin, de la estabilidad que tanto buscaron.
¿Será este el momento de pasar por el altar? Nunca se sabe. Y, de ocurrir, no parece probable que lo compartan públicamente, ya que han decidido vivir al margen de los medios, al menos por ahora.
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