Bad Bunny en 10 momentos clave: las excentricidades del reguetonero feminista que se estudia en la universidad

Es tal su influencia y capacidad de mover y concienciar a las masas, que la Universidad Estatal de San Diego impartirá en 2023 un curso para analizar la figura del artista y su contribución al feminismo dentro del reguetón en la Escuela de Periodismo y Estudios Mediáticos de la institución.

Desde su gran y definitivo ascenso en 2020, cuando el resto del mundo miraba con incertidumbre y miedo a una pandemia cuya magnitud por entonces era desconocida, Bad Bunny se ha ganado un hueco en el privilegiado grupo de las grandes estrellas mundiales.

Con 'Yo perreo sola' rompió barreras en un género hasta ahora considerado profundamente machista en sus letras y costumbres. Su lucha contra la transfobia y su afán por dar visibilidad a los problemas de Puerto Rico son los ingredientes del fenómeno del 'conejo malo', que tiene, como cabría esperar en un personaje de su relevancia, una serie de excentricidades no exentas de polémica. Repasamos la carrera de Bad Bunny en diez momentos clave.

La citada canción en la que se ensalzaba la figura de la mujer, su derecho a perrear sola y cierto desprecio por el sexo masculino ha dividido al mundo en dos. Hay quienes han situado la pieza musical en un atril de aliada feminista y quienes se echan las manos a la cabeza pensando en que una letra que reza «a los hombres los tienes de hobby, una malcriada como Nairobi» pueda convertirse en símbolo de la lucha de las mujeres.

A Bad Bunny se le ha colocado también como icono de la lucha contra la transfobia, y es que el músico acostumbra a romper estereotipos de género con su vestimenta, a menudo con prendas que tradicionalmente se atribuyen a la estética femenina, así como uñas con la última moda en manicura.

Una tendencia que ha dado visibilidad a un colectivo que, en el caso de España con la tramitación de la 'Ley Trans' está a la orden del día en actualidad. «Mataron a Alexa, no a un hombre con falda», fue un lema muy aplaudido del cantante, en homenaje a la mujer transgénero de Puerto Rico Neulisa 'Alexa' Luciano Ruiz, asesinada el pasado mes de febrero.

Si de estética hablamos, ahí Bad Bunny es el que más focos atrae. Gafas de formas imposibles, trajes de colores estrafalarios, plumas, sombreros y uñas dignas de Rosalía. Las listas de los peores y mejores vestidos tienen en el músico a uno de sus inquilinos fijos, saltando del negativo al positivo en cada evento al que acude.

La Sociedad Americana de Compositores, Autores y Editores le nombró en 2020 compositor del año, y recientemente ha recibido el Grammy al mejor disco de pop urbano de 2022, con su 'El último tour del mundo'. Unos reconocimientos que han levantado ampollas en la comunidad musical, que se resiste a ver cómo el género en el que Bunny es el rey va ganando terreno a otros ritmos más tradicionales.

En abril de 2021, Bad Bunny cambió el estudio de grabación por el ring para participar en un combate de lucha libre, algo que no muchos entendieron. El cantante se preparó durante tres meses para lograr una victoria con la que siempre había soñado, aunque recibió críticas cuando afirmó que la «lucha libre, la WWE, es 100% real».

El pasado verano, surgieron rumores de que el trato de Bad Bunny a su personal más cercano, incluidos bailarines, no era adecuado e incluso incurría en maltrato, algo que volvió a colocar al autor de 'Yo perreo sola' en el foco de la polémica.

Sin embargo, una de las artistas miembro del cuerpo del baile del cantante salió a desmentir por completo las informaciones y, es más, aseguró que el equipo estaba perfectamente cuidado.

La única diferencia es que los bailarines viajaban en camiones o autobuses, pero con buenas condiciones, como afirmaba la citada bailarina, Kiara Rodríguez: «No éramos maltratados, éramos felices en bus, imagínense, tú sales del show, te subes al bus y no tienes que pasar por ningún papeleo ni nada, como en el avión, teníamos comida las 24 horas, bebidas, baño para nosotros todo», explicó.

Como defensor del colectivo LGTBI, Bad Bunny nunca se ha cortado a la hora de demostrar su libertad sexual en público, en forma de gestos reivindicativos como el beso que le dio a uno de sus bailarines en la gala de la MTV en el que fue reconocido como el mejor artista del año.

En una de sus canciones, 'Hasta que dios te oiga', el 'Conejo Malo' utiliza las figuras de Lady Gaga y Bradley Cooper, pareja cinematográfica en 'Ha nacido una estrella', para colocarlos de protagonistas en una frase muy polémica con connotación sexual que generó revuelo global y puso a las redes en su contra: «Ella es mi Lady Gaga y yo su Bradley Cooper, ella se lo traga y luego me lo escupe».

Aunque no es ninguna novedad dentro del mundo de la música, el ego que mueve a Bad Bunny es, en ocasiones, exagerado. De su propio disco YHLQMDLG dijo en 2020 que era «el disco de reguetón que el reguetón se merecía».

De besos va servido el reguetonero, aunque siempre acompañados de polémica. Este pasado verano comenzó a circular por las redes un vídeo en el que el popular cantante le daba un beso en los labios a una fan. Ella, aparentemente encantada. Sin embargo, el debate de lo poco apropiado de besar a alguien sin permiso se adueñó de las redes sociales.

Pese a las excentricidades, polémicas y escándalos que han ido ligados a la carrera del músico, Bad Bunny es uno de los artistas más reconocidos a nivel mundial en un ascenso a la fama meteórico de apenas tres años en los que se ha hecho un hueco entre las leyendas.