Bullying, trastornos alimentarios y una empresa que casi se va al garete: Netflix se acerca al enigma Victoria Beckham
Ya está disponible la docuserie de tres capítulos en donde habla de su salto a la fama y su firma de moda
Los peores días de Victoria Beckham: «Destrozada y sin el menor ápice de glamour»
Victoria Beckham en la 'premiere' de su docuserie
Hace prácticamente treinta años, las Spice Girls se convertían en uno de los mayores fenómenos musicales de la historia. El grupo se formó en un casting, después de que sus cinco integrantes (Mel B, Mel C, Geri Halliwell, Emma Bunton y Victoria Beckham ... ) respondieran a un anuncio publicado por dos productores para formar una banda femenina capaz de competir con las bandas masculinas que dominaban el mercado de la música pop.
Y la jugada salió redonda: su primer single ('Wannabe') llegó hasta el último rincón del planeta en el 96, solo de su primer álbum se vendieron 31 millones de copias y sus miembros se forraron gracias a conciertos multitudinarios y contratos millonarios con marcas como Pepsi, que patrocinó una de sus giras mundiales. Pero más de un fan se quedó consternado cuando, en primavera del 98, Geri anunció que dejaba el grupo. Tres años después de esto, sus compañeras optaron por continuar por caminos separados. Ninguna ha tenido problemas para llegar a fin de mes desde entonces, aunque también es cierto que la única que ha mantenido el mismo nivel de popularidad a lo largo de los años es Victoria.
De hecho, la británica de 51 años, hoy una reconocida diseñadora, acaba de estrenar en Netflix una docuserie de tres episodios ('Victoria Beckham') en los que muestra su tienda de Londres y habla de su vida mientras se prepara para la Semana de la Moda de París. «Cuando la gente dice 'las Spice Girls me cambiaron la vida. Me hicieron aceptar quién soy, qué soy y cómo me veo', pienso que fue lo mismo para mí también. Yo era esa niña cohibida y que no molaba», asegura Victoria, que es hija de un ingeniero electrónico y, desde niña, sintió pasión por el baile.
«Mi sueño era ir a una de esas escuelas de teatro estadounidenses. Pero la realidad era que iba a clases de baile en un centro municipal en Hertfordshire. Disfrutaba evadiéndome de la realidad. Te convierte en otra persona. Era sin duda una marginada en el cole. Me hicieron 'bullying'. Era cohibida, no era especialmente sociable, no encajaba en absoluto. Pero cuando estás en el escenario, durante ese momento, eres otra persona, y yo no quería ser yo, no me gustaba. Quería gustar desesperadamente».
Las Spice Girls
Al rememorar aquella audición para formar el grupo que la elevó a los altares, Victoria comenta que, mientras sus compañeras se prepararon un tema pop de Madonna o Whitney Houston, ella, algo más excéntrica, se decantó por el 'Mein Herr' con el que se presenta a Liza Minnelli en 'Cabaret'. Y también que gracias a todas ellas se volvió una persona más alegre y divertida. «Fue la primera vez que sentí que estaba integrada. Mi vida sería muy diferente si no hubiera conocido a esas cuatro chicas. Las Spice Girls hicieron que me sintiera bien conmigo misma». Ya entonces era una enamorada del maquillaje y la ropa, de ahí que su manager Simon Fuller la bautizara como Posh Spice (la Spice pija).
Pasión por la moda
«Desde el principio, trabajamos con grandes estilistas, maquilladoras increíbles, y aprendí muchísimo», cuenta. «A las otras chicas no les interesaba la moda, lo que dejaba un presupuesto estupendo para mí. Yo me fui a Gucci. Nunca antes había tenido una prenda de marca, así que era algo muy nuevo y muy emocionante. Si te pones el vestido perfecto y hace que te sientas de un cierto modo, esa confianza, esa sensación, era algo a lo que no estaba acostumbrada. La moda lo era todo para mí y me hizo mucha ilusión que me invitaran a un desfile de moda, nunca había ido a ninguno».
Sin embargo, cuando Spice Girls se disolvió, su primer impulso no fue introducirse en esa industria, sino seguir actuando, más que nada porque entonces sentía que esto era lo único que realmente sabía hacer. «Cuando terminaron las Spice Girls fue muy extremo. En un momento dado estaba difundiendo el mensaje del poder femenino y, al siguiente, era una esposa en un piso de Manchester [en 1999 se casó con el futbolista David Beckham] que no tenía muchas amigas y que vivía muy lejos de su familia. Esa transición me resultó muy difícil».
Las Spice Girls en los premios europeos de MTV
En 2001 lanzó su primer álbum en solitario, que fue un sonado fracaso y recibió críticas demoledoras, y más o menos en la misma época empezó a granjearse fama de mujer elitista y altiva. «Mentiría si dijera que era la mejor cantante o bailarina, pero cuando la gente es mala y oyes cosas y ves cosas y te hacen sentir continuamente que eres poca cosa, eso duele mucho. Y me volví muy cohibida. La gente pensaba que era una arpía deprimida que nunca sonreía, y no se equivocaban», cuenta la británica, quien en 1997, mientras vivía con su familia en Los Ángeles y participaba en una gira de reencuentro con las 'chicas picantes', empezó a preparar su primera colección de ropa.
Ahí apareció el diseñador francés Roland Mouret, que la animó a perseguir su sueño. «[Le dije:] Dos cosas que necesitas para tener éxito con tus sueños son: tener ego y ser humilde. Hay que tener humildad para aceptar la realidad, para aceptar que al equipo que te rodea, que trabajará contigo, hay que respetarlo, porque sin él no eres nada. Tendrás que aprender y recoger alfileres del suelo». Durante sus primeros años como empresaria, Victoria recibió burlas y comentarios que llegaron a dañar su autoestima.
Trastorno alimentario
«Empecé a dudar de mí misma y a no gustarme. No sabía lo que veía al mirarme al espejo. He sido desde la 'pija rechoncha' hasta la 'pija flaca'. No tenía control sobre lo que se escribía sobre mí, pero podía controlarlo con la ropa y podía controlar mi peso, pero de una forma sumamente poco saludable. Cuando tienes un trastorno alimentario te conviertes en una experta de la mentira. Nunca fui sincera con mis padres y no hablé de ello en público». A esto añade que pronto pasó de pequeñas presentaciones a desfiles más grandes: «lo hacíamos de una forma más extravagante y el negocio no estaba creciendo al mismo ritmo».
La compañía llegó a sufrir pérdidas de millones de libras, lo que hizo que su esposo entrara en pánico, y en cierto momento estuvo a punto de irse al garete. Su suerte fue que el exbanquero de Goldman Sachs David Belhassen aceptó ser inversor de la firma para poder salvarla de los números rojos. «Durante años, [Victoria] ha tenido gente diciéndole lo que quería oír», apunta el empresario.
«Uno de los gastos era en plantas para la oficina y costaban 70.000 dólares al año y había alguien que iba a regar las plantas por 15.000 dólares». Aunque ella acabaría reconociendo los errores y se esforzó para conseguir que la tomaran en serio. De hecho, la compañía mutó en un éxito de crítica y público, desde hace seis años cuenta con su división de belleza y en los últimos tiempos ha generado beneficios. «He peleado mucho para alcanzar la credibilidad y reputación que tengo en la moda, en París, y sigo trabajando para mantenerla porque no es algo que me tome a la ligera», ha comentado la británica.
Como no podía ser de otro modo, también participa en la docuserie su marido y padre de sus cuatro hijos. «[Cuando la conocí] No veía en ella ni una sola cosa que no me gustara. Ahora puedo encontrar unas cuantas. En aquella época era todo un fenómeno y yo solo era un futbolista en Mánchester. Me enamoré perdidamente de ella», confiesa el hoy empresario. Su relación ha estado bajo escrutinio público y, según algunas fuentes, no es tan idílica como aparenta.
Victoria y David en 1998
Un matrimonio imperfecto
Basta recordar el caso de Rebecca Loos, que tuvo una aventura con el astro británico, del que era asistente, cuando este se trasladó en 2003 a España para jugar en el Real Madrid. «Me sentía incompleta, triste, congelada en el tiempo», comenta Victoria sobre los cuatro años en los que residió en la capital española, donde por cierto conoció a su buena amiga Eva Longoria.
Y tampoco podemos obviar lo que se cuenta en el libro 'The House of Beckham: Money, Sex and Power', donde el periodista de investigación Tom Bower menciona a varias posibles amantes de David y asegura que, mientras la pareja ofrecía una «actuación bravucona» en público, entre bastidores Victoria «abofeteaba con fuerza a Beckham en la cara», como supuestamente vio un periodista a través de la ventana de un chalet.
Según Bower en su libro, el matrimonio ha pasado por varias crisis, pero ni el uno ni la otra parecen dispuestos a tirar por la borda la boyante sociedad que forman: «El estatus y la supervivencia de David se habrían esfumado sin la determinación de Victoria de mantener la ilusión de una familia feliz. Ella protegió firmemente la marca. A cambio, él siguió financiando su negocio de vanidad». En cualquier caso, Victoria evita entrar al trapo y es probable que su docuserie decepcione al que espere verla hablando sobre polémicas.
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