Bronca, nervios y un tierno baile: lo que no se contó de la boda de Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan
Entre una llegada accidentada, una divertida reprimenda del sacerdote y un baile de película, el enlace del duque de Arjona dejó momentos inolvidables
Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan se dan el 'sí, quiero' en una emocionante boda en Sevilla
Nada en la boda de Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan fue como se esperaba. Pese a tratarse de uno de los enlaces más esperados del año, los recién casados quisieron dejar de lado la ostentación y centrarse en su unión. La ceremonia ... se llevó a cabo en la iglesia del Cristo de los Gitanos en Sevilla, donde reposan las cenizas de la duquesa de Alba, la madre de Cayetano, quien falleció hace casi 11 años.
A pesar de que la jornada fue cuidadosamente planificada, hubo momentos de tensión e imprevistos que no se dejaron ver. Porque más allá del sí, quiero' que selló la unión del duque de Arjona con la mujer que le ha devuelto la sonrisa, hubo nervios, alguna reprimenda y un final de cuento en forma de baile.
El caos en la llegada de la novia
La primera sopresa se vivió a la llegada de Bárbara a la iglesia. La joven de 29 años llegó en un elegante carrujae tirado por dos caballos, acompañada por su padre, Javier Mirjan, que ejerció como padrino. Durante unos minutos, ambos permanecieron sentados para que los fotógrafos pudiesen captar una buena imagen de la novia. Sin embargo, lo que debía ser un momento de calma y alegría, pronto se convirtió en una situación incómoda.
¿El motivo? Un grupo de mujeres que esperaban su llegada a las afuera de la capilla se acercaron demasiado al carruaje para hacer fotos con sus móviles y, en un gesto poco oportuno, incluso llegaron a tocar el vestido de Bárbara, quien mantuvo la compostura, aunque su nerviosismo fue evidente. «Le entró un cierto nerviosismo porque, además, el equipo de seguridad brillaba por su ausencia», comentaron algunos testigos.
La reaparición de Curro Romero
Una de las postales más llamativas de la gala fue la reaparición de Curro Romero, quien recientemente estuvo ingresado en el Hospital Virgen Macarena de Sevilla tras sufrir una neumonía provocada por el Covid. El diestro llegó en silla de ruedas, acompañado de su mujer, Carmen Tello.
Además del torero, otros rostros conocidos del panorama social también asistieron a la boda, entre ellos Susanna Griso, Bertín Osborne o Alfonso Díez, quien mantiene una estrecha relación con los hijos de Cayetana Fitz-James Stuart. También estuvieron presentes Tana Rivera, Eugenia Martínez de Irujo, el duque de Alba y los duques de Huéscar, que posaron sonrientes a la entrada.
La reprimenda del sacerdote
Dentro del templo se vivió uno de los momentos más comentados del enlace. El sacerdote Ignacio Sánchez-Dalt, confesor de la duquesa de Alba y viejo amigo de la familia, fue el encargado de oficiar la ceremonia. En plena homilía, pronunció unas palabras que emocionaron a los presentes: «Que no haya un cuarto oscuro en el corazón de Bárbara al que no pueda acceder Cayetano, que no haya ninguna esquina reservada en el corazón de Cayetano en el que no entre Bárbara», pidió el sacerdote.
Sin embargo, la solemnidad dio paso al humor cuando el propio Sánchez-Dalt interpeló al novio: «Tú con tus cosas, con todo lo que tú montas», le espetó con una sonrisa, provocando las risas de los invitados.
Cayetano, que hasta entonces se mostraba relajado, no pudo evitar cierta tensión a la salida del templo, molesto por la insistencia de los fotógrafos. Aun así, el momento más comentado no fue ese, sino el beso que dio a su esposa durante la ceremonia: dos muestras de cariño públicas, algo poco habitual en el aristócrata, que siempre ha sido reservado con su vida sentimental.
El enfado de Cayetano y su explicación
A la salida de la iglesia, los novios subieron al mismo carruaje en el que Bárbara había llegado. Mientras ella saludaba con naturalidad, Cayetano no pudo evitar pedir respeto a los medios. «Dejadnos en paz. Por un día os pido respeto», dijo visiblemente alterado.
Al día siguiente, el propio duque de Arjona quiso aclarar lo sucedido al periodista Javi de Hoyos. «Llevo 40 años aguantando la basura. En este país se dedican a manipular y a falsear. Nos usurparon el momento. Que me metan los micrófonos en la cara me parece una falta de respeto. Nos acabamos de casar. Usurpando el coche de mulas», declaró. «Yo estoy saliendo de mi boda y no tengo por qué contestarles a ustedes», añadió.
El aristócrata fue más allá: «Como no soy Familia Real, político o actor, ustedes me usurpan la vida con los micrófonos. Esto no es información, es basura. Esperaba que estuviesen a distancia. No tengo nada que hablar. La imagen vale más que mil palabras». Y quiso dejar claro: «No estoy enfadado, pero han intentado desprestigiarme, tirar por tierra mi carrera».
Pese a su visible disgusto, quienes lo conocen aseguran que el mal gesto se disipó rápidamente en el banquete celebrado en Las Arroyuelas, la finca familiar donde continuó la celebración.
Un final de cuento
Allí, entre velas, risas y copas alzadas, se vivió el momento más dulce del día. Carmen Lomana compartió en redes sociales un vídeo del primer baile de los novios al ritmo de 'You're Still the One'. Una escena cargada de ternura en la que Cayetano bailó con su hija Amina mientras Bárbara lo hacía con Luis, el otro hijo del duque, símbolo de la buena relación que une a todos.
«Resumen de una boda preciosa, llena de amor, complicidad y alegría. Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan. Os deseamos toda la felicidad. Una bonita pareja», escribió Lomana junto a las imágenes.
Incluso el propio Cayetano, horas después del enlace, compartió un vídeo en sus redes donde se les veía felices y emocionados, dejando claro que, pese a los nervios y los contratiempos, la boda fue, ante todo, un día de amor y unión familiar.
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