Pedroche, tan vestida de desnudo

Las campanadas de Pedroche no son las campanadas, naturalmente, sino esos vestidos de fantasía con los que logra salir desnuda en medio del frío del cambio de año, pero desnuda sin enseñar nada. Tiene cátedra en la lencería de mucho abrigo. Yo nunca sé si el modelito o modelazo pertenece al género de la corsetería, o al género del disfraz, o al género del esquí. Tampoco hace mucha falta salir de la duda. Por lo general, estamos, con Pedroche, ante un cruce de capa y braga, que ya es ponerse a lograr un cruce.

Está entre esas chicas maravillosas que tardan mucho en vestirse para salir luego minuciosamente desvestidas, como si las hubieran vestido cosiendo retales de estrellas. Lo han hecho Beyoncé o Charlize Theron, y también algunas criaturas diversas de la alineación de Victoria´s Secret, que son unos ángeles sexuales que presentan corpiños o tangas como las que pasean pamelas. Aquí, algún día, adornamos a Cristina Pedroche de 'sultana de Vallecas', y la sultana de Vallecas se pone algunos harapos de oro que la hacen un poco musa de champán, y un poco novia del Tropicana. Pedroche tiene muy particulares modos de declararse feminista, y uno de ellos es ahorrar en corsetería.

Lo hace en Nochevieja, y lo hace después, porque a ella se le antoja de pronto una nochevieja durante alguna mañana de hotel, en pleno mes de marzo. Y entonces se hace un foto donde sale ella, y sólo la ropa deshecha de la cama, poniendo ambiente. Pedroche hace muchos contorsionismos de mérito, y uno de ellos es el desnudo sin desnudo, es decir, que enseña mucho, o todo, sin enseñar nada. El instagram de algunas famosas es ya, a menudo, un lugar con vistas. Con vistas a la propietaria.

Hay famosas de mucho gancho, y mucho tirón, como Pedroche, que triunfan en Nochevieja, con vestidos de equilibrismo, y luego triunfan en instagram, cuando cambian de ropa, que a veces es como decir que cambian de postura. Pedroche es muchacha de hermosura morena, y de imaginación alegre, y viene logrando en las últimas Nocheviejas un cruce de tanga y trenka, como un susto de virtuosismo. Esos modelos suntuales de Cristina son una obra de arquitectura, más que de sastrería, pero yo todo esto lo veo como las muy distintas maneras de salir desnuda en el campanario. Pero sin desnudo. Hay apuestas a propósito del vestido de Pedroche, en esta noche, cuando acaso no hay vestido, sino una apuesta de body painting. En todo caso, la novedad es lo de siempre: algo así como echarse por encima el chal del propio desnudo.