Anabel Pantoja, superada: «No se deja asesorar, quiere gestionarlo todo ella»

Esta semana sin ir más lejos se llegó asegurar en un espacio de Telecinco que a la pareja se les había «imputado formalmente», algo que no tardó en desmentirse teniendo en cuenta que el término imputado ya no existe en el ordenamiento jurídico español, se cambió por el de investigado y ambos padres están siendo investigados desde el primer día. Hay quienes se atreven asegurar que la jueza de San Bartolomé de Tirajana tiene previsto el archivo de la causa aun cuando la fase de instrucción está en pleno desarrollo y las diligencias tratan de esclarecer cuándo y cómo se produjeron las lesiones de la menor.

En este, como en otros casos de similar repercusión mediática, la información pretende ir dos pasos por delante de la instrucción, algo que es imposible. También los implicados empiezan a perder la paciencia con los medios de comunicación que buscan conocer su estado anímico o alguna información sobre el caso mientras estos intentan retomar su vida normal, complicado en un caso como este. «No se deja asesorar, quiero gestionarlo ella todo, es muy desconfiada», asegura un conocido de Anabel.

«Una mala gestión de la crisis desde el principio ha llevado a este escenario en tan poco tiempo. Anabel Pantoja es un personaje público e imagino que superada por la situación ha creído que podía manejarla ella misma como en otras ocasiones, pero esto es más serio y el alcance mayor», explica a ABC una experta en comunicación de crisis. Se refiere a una estrategia que tenía que haberse trazado desde un principio, aunque aún está a tiempo de enmendar los errores cometidos y reconducir la situación.

«En estos casos es muy importante designar un portavoz, ya sea un abogado, un experto en comunicación, un representante que este coordinado con las partes… de esta forma se centraliza toda la información sobre el caso y se evitan especulaciones o filtraciones malintencionadas», explica la experta. En el caso de Anabel no se trata solo de una crisis de imagen también es una crisis de reputación 'online', ya que cuenta con dos millones de seguidores y su principal fuente de ingresos es por su trabajo como 'influencer'.

Toda crisis depende de cómo se gestione. «Ella debería apartarse y solo saludar a los medios, desaparecer un tiempo de las redes sociales, porque cualquier mensaje o imagen que comparta va a ser interpretada libremente ante la falta de información. Debe proteger a su entorno, es decir, a su pareja, a su madre, Merchi; y a sus suegros. Aunque sigan teniendo interés, los periodistas no acudirán a ellos si saben que hay un portavoz». La unión no solo física sino también en el mensaje evita especulaciones en el ámbito afectivo que generan aún más debate.

«Mantener el equilibrio emocional en estos casos es fundamental, el lenguaje no verbal juega el mismo papel. Recibir ayuda psicológica en estos casos es necesario», explica otro experto en situación de crisis. Se atreve analizar los errores cometidos hasta el momento. «El comunicado que Anabel compartió con sus seguidores horas después de hacerse pública la investigación contiene muchos errores de fondo, luego sus apariciones públicas pidiendo que la dejen hacer su vida normal, mensajes de quejas a los medios de comunicación y a los reporteros que hacen su trabajo, son la muestra de que carece de una estrategia sólida y no se está dejando asesorar por expertos en estas situaciones», añade.

«Tampoco le beneficia publicar imágenes con la bebé ya que en las redes hay expertos que están cuestionando como la coge y le dan consejos para evitar futuras lesiones, habituales en padres primerizos. Por eso es muy importante seguir manteniendo una comunicación fluida con la prensa, pero centralizada. Aunque por su pasado tenga colegas en los medios debe apartar los sentimientos y mantenerse firme en la estrategia». Los expertos opinan que el testimonio de los protagonistas es fundamental, pero tiene mayor impacto y beneficio para ella cuando todo esto termine sea cual sea el resultado.

También aparecen cada vez más personajes en escena de forma involuntaria. Merchi, la madre de Anabel, siempre ha sido una persona discreta que ha estado en los momentos buenos y malos de su hija. Los padres de David, un matrimonio cordobés hasta ahora anónimos, están viendo como sus gestos son analizados al detalle. Y cómo sus idas y venidas, sujetas a sus permisos laborales (aún siguen en activo), se traducen en peleas ficticias y supuestos desacuerdos con la pareja.

Hasta el punto de haber resucitado a Mariló de la Rubia, la empresaria que saltó a la escena pública por su amistad con Isabel Pantoja, tía de Anabel y gerente de la clínica de Córdoba donde David Rodríguez, tiene alquilado su consultorio de fisioterapia. Ella fue precisamente la que le presentó a la cantante y acabó convirtiéndose en su fisioterapeuta en la última gira americana donde conoció a Anabel que también acompañó a su tía como parte del equipo. Según algunas informaciones tanto Mariló como Pantoja les habrían ofrecido ayuda legal para solucionar esta situación. Algo que desde el entorno de la pareja niegan, ya que la estrategia legal que seguirán será por separado, algo habitual en estos procesos, pero por recomendación legal no por que exista conflicto entre los progenitores ni porque Mariló y Pantoja lo estén utilizando para enfrentarles.

De momento tal y como informa Fran Fajardo, Jefe de Tribunales del periódico 'Canarias7', que destapó el caso; «la cuestión en manos de la justicia es esclarecer si los daños de la pequeña se producen de manera fortuita o intencionada. Que el visionado de las imágenes del centro comercial donde los progenitores declararon que sucedieron los hechos, no arrojen una respuesta concluyente, como así parece ser, tampoco es definitivo para la investigación», explica. Si servirán para cotejar los tiempos, ya que el informe forense realizado en su momento determina el momento aproximado en el que la bebé pudo haber sufrido las lesiones y por lo tanto esos tiempos se pueden comparar ahora con los de las cámaras de seguridad. Por experiencia en este tipo de casos, dice Fajardo, y por la complejidad a la hora de conseguir pruebas directas de la comisión de los hechos «la investigación sigue adelante y no concluirá pronto».