Ana Obregón: «Aless dejó una chaqueta en el sofá. Anita lo sabe: esto no se toca, es de papá»

Visiblemente emocionada, Ana Obregón ha asegurado que «si no hubiese tenido dinero» para el tratamiento contra el sarcoma de Ewing que necesitaba su hijo en aquel momento, «me hubiese hasta prostituido». «Siempre lo he dicho: valiente es una madre que tiene que enviar a su hijo al cielo», ha sentenciado. Una lucha contar el cáncer que ella misma describe como «tres años de vivir en el infierno, en la oscuridad más profunda».

Ahora, la actriz recuerda a su hijo en cada situación cotidiana de su día a día. «Si tú vas a mi casa tú entras y está en el salón. Y en el sofá, antes de irnos a Barcelona, que fue la última etapa de hospitales, él dejó una chaqueta en el sofá. Ahí está, no la he tocado. Anita lo sabe: esto no se toca. Es la chaqueta de papá. Ahí está, donde la dejó», ha confesado sin poder evitar las lágrimas. Incluso asegura que a día de hoy tanto ella como su hija/nieta, Ana Sandra Lequio Obregón, duermen en la habitación que era del difunto Aless. Un cuarto que sigue intacto desde la muerte del joven: «Yo no he sido capaz todavía. No lo voy a hacer, porque Aless está presente. Aless tiene su habitación. Su cuarto está igual, el armario, todo». Un armario que comparte con la pequeña: «Su ropita está colgada en el cuarto de su padre».

La presentadora también ha recordado el momento en el que vio por primera vez a su hija/nieta. Ha desvelado la existencia de un vídeo de su primer reacción al coger en brazos a Anita, que nunca «nadie lo ha visto»: «La cogí en brazos, se me quedó mirando y eran los ojos de Aless [...] Era la cosa más bonita del mundo».

La niña tiene un cojín de apego con la foto de su padre. Un recuerdo muy especial que recibió la actriz poco después de la muerte de su hijo. «Me dieron una almohada con la foto de Aless y me dijeron: 'Para que abraces a tu hijo'. Yo dormía abrazada a mi hijo. Un día, Ana coge la almohada y le digo: «Mira, es papá». Anita no se ha separado de la almohada. La he tenido que lavar porque la lleva arrastrando hasta por el jardín. No se separa de ella».