Por amor, por trabajo o por orgullo: los 'royals' que pasan de la Corona

Más allá de los monarcas que han abdicado el trono, como es el caso reciente de Margarita de Dinamarca, hay otros que han marcado los últimos años. Unos son muy conocidos, pero otros han pasado más desapercibidos. Por ejemplo, el pasado 31 de agosto se casó Marta Luisa de Noruega, la primogénita de los Reyes Haakon y Silvia, que sin embargo tomó la decisión de abandonar sus tareas como Princesa.

La hija mayor de los Reyes de Noruega perdió su derecho al Trono cuando nació su hermano menor varón. Sin embargo, podría haber continuado trabajando para la Corona como han hecho otros 'royals', como hizo la Infanta Elena mientras su padre era Rey. Y durante unos años lo hizo: se casó con el escrito noruego Ari Behn, con quien tuvo tres hijas antes de divorciarse. Poco a poco fue reduciendo sus compromisos, pero todo cambió cuando comenzó su relación con el chamán Durek Verrett.

El público no vio con buenos ojos que Marta Luisa de Noruega saliera con un hombre que promocionaba curas milagrosas contra el cáncer o el Covid. Por eso en noviembre de 2022 tomó la decisión de renunciar a sus funciones oficiales como miembro de la Familia Real noruega. Tres años antes se había comprometido a no utilizar su título como Princesa, que mantiene, para sus labores comerciales. Sin embargo, en los últimos años han sido varias las ocasiones en las que se han criticado sus movimientos empresariales.

La última fue cuando, en febrero, dio una entrevista donde utiliza su título y su relación con la Familia Real para promocionar su marca de ropa. Por supuesto, en Noruega no fue muy bien visto que volviera a «vulnerar» los términos de su acuerdo. Llega en un momento de escándalo para la Corona del país, puesto que el caso de Marius Borg no hace más que empeorar. En el caso del hijo mayor de Mette-Marit, el no formar parte de la vida de Palacio no ha sido tanto una elección sino una consecuencia directa de su nacimiento. Sin embargo, sus supuestos delitos le han convertido en la peor pesadilla de la Casa Real.

En los países nórdicos hay más casos en los que los miembros de la realeza escogen apartarse temporalmente de la primera línea. Es la situación de Magdalena de Suecia que, tras casarse en 2013 con el financiero Chris O'Neill, ha vivido durante toda su relación fuera de su país natal. Se conocieron en Nueva York y fue allí donde se mudaron tras la boda, ya que él trabajaba en la Gran Manzana hasta que en 2015 se trasladaron a Londres. En parte, la polémica por los intereses económicos del empresario marcó siempre su relación. En 2018 se volvieron a trasladar a Estados Unidos, esta vez a Miami, donde han estado viviendo hasta el pasado año. Acaban de volver a Helsinki, donde se han establecido a pesar de que las críticas no han tardado en volver a aflorar contra ella. La opinión popular de los suecos es que la hija pequeña de los Reyes Carlos Gustavo y Silvia «no quiere trabajar».

Su situación es similar a la de 'royals' como las Princesas de York, Beatriz y Eugenia, que durante años han participado en actos puntuales pero no han tenido su propia agenda. Sin embargo, nadie ha cuestionado su situación por su posición en la línea de sucesión. Algo que nada tiene que ver con lo que ocurrió con Meghan y Harry tras su salida de la Familia Real. Incluso el Príncipe Guillermo es víctima de esta clase de calificativos: los más críticos le han etiquetado como 'Lazy William' porque su número de compromisos anuales es menor al de la Princesa Ana, por ejemplo.

El caso de Mako de Japón es quizás de los más radicales. En octubre de 2021, la Princesa se vio obligada a renunciar a todo por amor cuando se casó con su novio desde la universidad. La dinastía del crisantemo no permite a las mujeres asumir el título de emperatriz pero tampoco les autoriza a casarse fuera de la Familia Imperial y conservar el título. Por lo tanto, cuando la joven decidió que quería dar el paso con su novio su boda puso fin a su vida en Japón. A día de hoy se sabe que la joven de 33 años vive su vida como una persona anónima junto a Kei Komuro, cuyo apellido ha adoptado la sobrina de Naruhito y que se dedica a ejercer como abogado.

Aunque en la dirección contraria también hay una historia que no pasa desapercibida. Joaquín de Dinamarca, el hermano menor del Rey Federico, fue invitado a marcharse como agregado militar en la Embajada danesa en París y terminó quedándose hasta 2023. En 2024 estaban ya establecidos en Estados Unidos, una especie de «exilio» que parece el destino perfecto para «escaparse» de las familias reales del mundo. Para entonces la Reina Margarita, ahora emérita, ya les había retirado los títulos de Príncipe a sus hijos. La familia que formó el «segundo» danés ha tenido que adaptarse a su nueva realidad, aunque en su caso ha tenido que ser impuesta.