Amor Romeira y Susana Bianca revolucionan la noche madrileña con la provocativa 'The Crazy Hole Party'

Más de una década después de iniciar el camino al estrellato, la saga 'The Hole' estrena un esperado 'spin-off' protagonizado por el personaje más irreverente, La Rata, que cobrará vida en la piel de una televisiva Amor Romeira que se reinventa sobre los escenarios en un papel que le viene como anillo al dedo para demostrar todo lo que sabe hacer. Acompañada por un atrevido elenco en el que se encuentra la modelo 'curvie' y exconcursante de 'GH VIP 8', Susana Bianca, que sorprende lanzándose sin pudor a la experiencia desvergonzada del agujero, Romeira invita a su fiesta sin prejuicios «a todo el mundo», dice en conversación con ABC minutos antes del comienzo del preestreno del show 'The Crazy Hole Party'.

A partir de este 31 de octubre, el rocambolesco evento que tendrá lugar cada viernes y sábados en una reformada Sala But, promete no dejar indiferente al recuperar el más que apetecible, en unos tiempos de innovación, género de variedades sexy y divertido con una fórmula que va más allá. Bajo el marco de una fiesta nocturna en una discoteca que abraza el cabaret, el público se integra en el espectáculo desde el primer momento, pues el propio DJ y su mesa-vagina son parte principal de la escenografía que se interrumpe para deleitar a los asistentes con números eróticos donde cabe todo. Este martes 29 de octubre, los invitados a la premiere del show, que espera tener como mínimo «mil y una noches», en palabras de Jone Arteagoitia, la Bolla Mezzo de la fiesta del agujero, pudieron comprobar que lo que reza la máxima del proyecto, «Lo que pasa en 'The Hole', se queda en 'The Hole'», requiere, además de un atrevimiento descarnado, cierto secreto para salvaguardar la experiencia única del evento.

Nada más entrar, dos pechos enormes sirvieron de 'photocall' particular para los asistentes, entre los que se encontraban rostros conocidos de la prensa del corazón y la pequeña pantalla como Makoke, Gloria Camila, Yola Berrocal, Sonia Monroy o Chayo Mohedano, y figuras relevantes de la escena madrileña como el cómico Juan Dávila. Dentro de la sala, las butacas del teatro se sustituyeron por una pista de baile sin bola de discoteca, que bajaría más tarde con una acróbata colgada de la misma, donde el reggaeton que emanaba de la mesa de mezclas antipostureo casi, pues la censura de las redes sociales impediría compartirla, llenaba el sitio hasta que dieron comienzo los primeros números del espectáculo. La Cantante interpretaba las primeras versiones de hits de la música reciente antes de abrir el telón para descubrir la primera de muchas escenas que construye el guión, basado en la soberanía de las ratas del pecado.

Actuaciones musicales, interpretaciones cómicas e irónicas con reivindicativos mensajes, números circenses aéreos en un escenario 360 y algún que otro 'striptease' caracterizan una experiencia que abarca todos los lenguajes y rompe todas las barreras. «Una fiesta nocturna que desafía las normas y te acerca al infierno de lo prohibido», aventura la promoción de esta nueva apuesta por la libertad y diversidad de los cuerpos, el amor y la felicidad con «una buen churro y una buena porra» en la que hay que sumergirse sin expectativas porque nada igual se ha visto antes. En 'The Crazy Hole Party' el chotis se baila desnudo, los claveles hacen de tangas, los artistas se bañan con porrones, la carnicería abre hasta las tantas y los aparatos reproductores son el dios al que venerar sin tapujos ni vergüenza. «La provocación es la regla, y el disfrute desenfrenado la salida», advierte el show que termina con el exceso sin censura como antídoto para la monotonía.

Bailarines, cantantes, actores y acróbatas definen una diversidad sin precedentes en la que la normalidad se rechaza y la oscuridad brilla con humor canalla y sensualidad. «Creo que aquí cuando entras te vas a olvidar de todos tus problemas, vas a reír, vas a llorar incluso, te vas a sentir libre, empoderada», dice Bianca para ABC sobre una experiencia que considera «inolvidable». «Se les va a girar mucho la cabeza y lo que no es la cabeza y les va a sacar de sus casillas para bien y para mal», aventura al público Arteagoitia, que encuentra necesidad de reivindicar la libertad real en el momento que vivimos. «Libertad, lujuria, pasión, escándalo, poder. Es algo que hay que ver», resume Amor Romeira, quien se subirá al escenario a dejarse llevar por el artisteo cada fin de semana en una nueva oferta del ocio nocturno madrileño que no tendrá competencia alguna.