Así es Alfredo Arrién, el abogado que pone contra las cuerdas a Íñigo Errejón, Rodolfo Sancho y Nacho Cano

Elisa Mouliaá ha dado todo un golpe de efecto al presentarse en el inicio del juicio contra Íñigo Errejón en compañía de Alfredo Arrién. Su anterior abogada comunicó su baja por maternidad al estar en un avanzado estado de gestación y consiguió que el juez del caso, Adolfo Carretero, archivara la causa abierta contra el político por una presunta agresión sexual. En realidad era un aplazamiento, pues el objetivo era que se reabriera cuando pudiera retomar sus funciones como letrada de la acusación particular.

Lo que ocurrió es que la defensa de Errejón elaboró un recurso que terminó por levantar ese archivo antes de tiempo, con la consiguiente obligación de que Elisa Mouliaá buscara otro abogado para no dilatar más el proceso. La actriz lamentó que no pudiera continuar con su anterior representación y la elección de su nuevo abogado no ha dejado indiferente a nadie.

Se trata de Alfredo Arrién, el abogado de la bailarina mexicana Lesly Ochoa, denunciante de Nacho Cano, y también de Nilson Domínguez, el testigo venezolano que asegura que Rodolfo Sancho intentó comprar su testimonio en el caso que se sigue contra su hijo, Daniel Sancho, sentenciado a cadena perpetuar por matar y descuartizar al cirujano colombiano Edwin Arrieta.

Y como político mediático que es, Alfredo Arrién ya ha comenzado a moverse y en la víspera de la cita judicial de su nueva representada y Errejón entraba en el programa 'Más vale tarde' para explicar los puntos claves de la acusación particular y admitir que la Mouliaá «está afectada, nerviosa y con un conjunto de emociones complejas», si bien «tendrá un poco de alivio después de declarar».

Ni siquiera se descarta que durante el proceso salgan a la luz más testimonios de supuestas víctimas de Errejón y que finalmente se centralice todo en una demanda conjunta que podría llevar el propio Alfredo Arrién. Pero todo esto ya es mucho aventurar, sobre todo cuando el caso está en un momento tan preliminar.

«Todas las declaraciones de una víctima de una agresión o abuso sexual siempre es en una cierta intimidad y la jurisprudencia establece que la declaración tiene que ser amparada con algún elemento objetivo de carácter periférico que pueda corroborar esa verosimilitud», ha comentado en el programa de televisión citado. «Los hechos ocurrieron poco antes de entrar en vigor la ley del 'sí es sí'; o sea, que nos encontraríamos con un delito de abuso, pero todo eso es en virtud de la declaración», ha recordado en base a una de las claves del proceso.

Alfredo Arrién, de Paredes y Asociados, asume así un mediático caso más que añadir a otros dos que tan relevantes fueron el pasado año y que durante este también tendrán un profundo eco en la opinión pública.

El proceso de Nacho Cano está en un momento efervescente y Alfredo Arrién ya asistió el lunes a la declaración del músico. Lesly Ochoa, la becaria mexicana que le denunció, acudió a la vista en el Juzgado de Instrucción Número 19 de Plaza Castilla, pero le fue vetado el acceso y se quejó ante los medios de no haber podido entrar a la sala.

Mientras tanto, el 'caso Sancho' continúa dejando titulares cada poco mientras el chef espera en la cárcel tailandesa de Surat Thani a que sus abogados presenten el recurso de apelación a su condena a cadena perpetua, algo que debería ocurrir a finales de este mes. Y uno de los 'spin-offs' más interesantes de este caso es el de Nilson Domínguez, el testigo que acusa a Rodolfo Sancho y sus abogados de intentar comprar su testimonio.

Según desveló 'Lecturas', este testigo «ya habría llegado a un acuerdo con un representante legal para que le acompañe en las acciones legales que pretende emprender en España contra el actor y sus letrados», en relación a Alfredo Arrién. Y cabe recordar que ya en abril del pasado año, este mismo letrado representó un papel relevante en la acusación durante el juicio contra Pepe Lomas, librero de 81 años y condenado a seis años y tres meses de prisión por matar de dos tiros a un intruso que entró en su casa.