La primera imagen de Arantxa Palomino, la esposa del actor Luis Lorenzo

A pesar de su juventud, Arantxa estuvo casada con José, un chico de Avilés con el que tuvo un hijo que ahora tiene once años. «Le avisaron el miércoles para que fuese a recogerlo porque ella ya estaba en el calabozo. Para él fue un mazazo ya que llevaba varios años sin verle porque ella no le dejaba. Pero viajó arropado por sus hermanos a Madrid para recogerlo y ahora ya está con ellos. Es muy cariñoso», reconoce apenada su tía Chelo. Hace unos años se casó con el actor Luis Lorenzo por el juzgado, y su tío acudió como testigo. Fruto de esa unión nació otro niño, que ahora tiene cuatro años. No se sabe quién se ha hecho cargo de él, tras su detención el pasado miércoles. Chelo y su marido José María fueron los que denunciaron el caso ya que sospechaban que su hermana y cuñada María Isabel no habían fallecido por causas naturales. «La pobre nunca vivió con ellos cómo están diciendo en los medios de comunicación. Siempre estuvo en su casa de Grado.

Se la llevaban engañada para pasar unos días y así pagar algunas cosas. Una de las veces consiguió escaparse y vino sin ropa. Y la última vez, como no podíamos comunicarnos con ella, denunciamos su secuestro. En junio del año pasado ya volvió muerta, pesaba 35 kilos. Siempre sospechamos y por eso decidimos denunciarlo. Queremos que se haga justicia», apuntan. La madre de Arantxa murió cuando esta era muy joven, según la familia «ella siempre ha sido una chica complicada, tuvo que estar ingresada un mes y medio en la clínica López Ibor de Madrid», cuenta su familia. A la vez, relatan que suele tener rabietas y se echa al suelo para llamar la atención. Su segundo marido, el actor Luis Lorenzo llegó a denunciar a su tía por pegarle y le pedía hasta una indemnización. «Yo no me había acercado a él y tenía muchos testigos que así lo corroboraron», recuerda su tía Chelo. Ahora están muy disgustados, intentando digerir como pueden esta situación, pero con fuerzas para llegar hasta el final y que se sepa toda la verdad.