Jorge Salvador, un romántico pasaje a la India

Verano de 1992. Barcelona era una fiesta olímpica, pero Jorge no tenía el cuerpo para celebraciones. Acababa de poner fin a una relación de casi cinco años y lo que necesitaba era huir, alejarse de ese paisaje urbano en el que todo le recordaba a ese amor desafortunado. El destino, esa pieza a la que tanto partido le sacan los guionistas de los culebrones turcos, quiso que su amiga Elisabeth, también viviera una separación y fuera en busca de una fuga a su medida. Ambos emprendieron rumbo a Tailandia, India y Nepal. Jorge y Elisabeth eran buenos amigos y se complementaban muy bien. Querían un viaje que combinara la lejanía con lo exótico, lo que no imaginaron es que una suerte de desgracias acabarían por darles la alegría de sus vidas.

Una conexión aérea falló, luego otra y, antes de darse cuenta, los viajes en avión dieron paso a una larga travesía en automóvil para la que contrataron a un conductor: «El viaje se hizo realmente largo y pesado». Pero a Jorge y a Elisabeth, esos obstáculos los acercaron más y más. Tanto, que una noche, llegados a Khajuraho, Patrimonio de la Humanidad por sus templos sagrados, pasó ‘lo que tenía que pasar’: «Yo no sé ni cómo ocurrió. Fue algo natural, que ni siquiera había imaginado en ningún momento después de tantos años de amistad». De pronto, imbuidos por una extraña influencia que entonces no sabían explicar, los amigos se convirtieron en amantes.

Al despertar, ya convertidos en pareja, acudieron a la excursión del día: la ruta del Kamasutra. Porque esta ciudad india es la capital del deseo carnal, la cuna de la sexualidad: allí se encuentran multitud de figuras en explícitas posturas sexuales ante las que solo podían reír: «No podíamos evitarlo. Nos mirábamos y nos decíamos ¡Esto no es normal! Era muy fuerte, porque las figuras de los templos son muy bestias» . ¿Broma o provocación del destino?

Pero lo carnal fue el primer paso a lo espiritual, que forma parte de cualquier viaje a la India. Poco después, llegados a Agra, la pareja le pidió al conductor que les tomara una foto ante el Taj Mahal, el mayor monumento al amor que uno pueda imaginar: un mausoleo que celebra el amor del emperador Shah Jahan por su favorita, la reina Mumtaz Mahal. Esta foto es todo un documento: el primer posado oficial del que pronto sería un feliz matrimonio que dura ya 29 años y que ha tenido dos hijos, uno de los cuales, Jorge Jr (21 años), ya es una figura destacada del panorama musical, conocido como Stereo Coque.

Eso sí, la única pega de este romántico viaje es que como ambos comenzaron como amigos, cada uno hizo la compra por su parte y regresaron a Barcelona con dos Budas, dos imanes de cada ciudad... Como pueden imaginar, se desprendieron de la mitad de los souvenirs.