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El escandaloso secreto de ‘La casa de la pradera’: Karen Grassle, la señora Ingalls, era alcohólica

La actriz publica unas memorias que hablan de la serie y de sus conflictos con Michael Landon

Karen Grassle REDES SOCIALES

Antonio Albert

A pesar de las apariencias, la mítica serie de televisión ‘La casa de la pradera’, epítome de las producciones para un público familiar, con sus tramas y personajes creados para todos los públicos, escondía una verdad que hizo del rodaje una pesadilla para una de sus famosas protagonistas, Karen Grassle (79 años), que interpretaba a la señora Ingalls, la matriarca de la familia perfecta. Nacida en Berkley, California, Karen Trust Grassle, hija del dueño de una gasolinera y la gerente de un restaurante, estudió Arte Dramático, se casó en tres ocasiones (con el actor Leon Russom, con J. Allen Radford –con quien adoptó una hija, con la que vive en la actualidad- y con el doctor Scott Sutherland). Su carrera quedó marcada por el papel de Caroline Ingalls, un éxito que no fue capaz de superar en ninguno de sus otros papeles en cine o televisión, así que decidió refugiarse en los escenarios, fundando la Compañía de Teatro de Santa Fe. Ahora, la actriz publica sus memorias 'Bright Lights, Prairie Dust: Reflections, Loss and Love from Little House’ Ma') y salen a la luz los puntos más oscuros de su vida en relación con un título que marcó a varias generaciones de espectadores. La actriz ha señalado a la revista ‘People’ que lo peor fue su síndrome de abstinencia en los rodajes causado por su dependencia al alcohol, además de sus conflictos con Michael Landon. El peor momento llegó cuando organizó en el set una pequeña fiesta: «Me tomé una copa de vino. La primera y la única vez que bebí mientras trabajaba, pero se desató el infierno. Cuando volvimos a grabar, yo solo podía pensar en la botella de vino y me preguntaba, ‘¿qué me está pasando? Fui al baño, me lavé la boca, salí a fumar, intenté distraerme como fuera, pero era imposible, mi cabeza me decía ‘coge esa botella’ y bébetela». En 1977 decidió dejar la bebida. Pocos meses después, su padre murió de cirrosis, tras años de alcoholismo: «Nadie me dijo nunca que beber mata», ha lamentado la actriz a la revista.

Karen aceptó el papel cuando se encontraba ya alcoholizada y en la ruina: «Había alquilado mi apartamento, mi novio estaba conmigo, y solo podía firmar cheques sin fondo», confesaba a ‘Closer Weekly’. Ese contrato la salvó, pero fue precisamente la necesidad lo que le hizo aceptar el primer contrato sin imaginar que la renovación acabaría por enfrentarla a Michael Landon. El actor y productor no era un santo, a pesar de las apariencias en la serie ‘Autopista hacia el cielo’, en la que jugaba a ser un ángel. Landon no solo no aceptó aumentar el salario de la actriz en su segunda temporada, a pesar del éxito, sino que boicoteaba su trabajo. En las escenas más íntimas, cuando la pareja hablaba en el dormitorio; «Michael aprovechaba los parones para contar chistes subidos de tono. Estábamos en la cama (en pijama y tapados hasta el cuello, todo hay que decirlo), rodeados de un equipo masculino que le reía las gracias y yo no podía irme a ninguna parte. A mí me resultaba violento y muy humillante».

Michael Landon falleció de un cáncer de páncreas en 1991. Antes de su muerte, Karen consiguió hacer las paces con el hombre con el que había logrado crear en la pequeña pantalla una de las familias más famosas de todos los tiempos.

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