Un juez de Austria prohíbe a Ernesto de Hannover el uso de armas de fuego

Lo cierto es que Ernesto tiene a sus espaldas un extenso historial de presuntos delitos y problemas con la justicia. La última hace tan solo unas semanas cuando se enfrentó en el Tribunal Regional de la capital de Baja Sajonia a su propio hijo Ernesto Jr. , el primero de sus vástagos fruto de su matrimonio con Chantal Hochuli , para recuperar el control de los bienes familiares y retirar la herencia que por adelantado había dejado en manos de sus hijos.

También son sonados sus altercados y desplantes tras sus excesos con el alcohol. Los problemas con la bebida han sido una constante en la vida del cabeza de la depuesta Casa de Hannover, quien desde muy joven nutrió las revistas del corazón con sus juergas descontroladas y devaneos amorosos. Los episodios salidos de todo del príncipe comenzaron ya a los quince años, después de que le retiraran el permiso de conducir de motocicletas tras provocar un accidente. Desde ese momento no ha dejado de protagonizar titulares. Y, a pesar de sus hospitalizaciones en diferentes clínicas de desintoxicación, parece que su rehabilitación definitiva parece estar cada día más lejos. Poco le importan los sustos que su salud le ha dado con ingresos debidos a graves inflamaciones del páncreas o hemorragias internas después de sus agitadas fiestas en las que se sobrepasa, por ejemplo.