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El Downton Abbey de Mallorca

A las afueras de Llucmajor, se erige la finca Sa Torre, construida en el siglo XIV y propiedad de la poderosa familia Villalonga. Hoy se ha reinventado como hotel de lujo

Pilar Vidal

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El matrimonio de Mariano Villalonga y Togores y Catalina Zaforteza es la historia de amor cuyos mayores recuerdos se esconden en la finca Sa Torre a las afueras de la localidad de Llucmajor. En lo alto de su portón de entrada luce intacto el escudo del león perteneciente a la familia Villalonga . Cuando atraviesas los altos muros típicos de piedra seca mallorquina que se conservan con enigmáticos mensajes pintados hace más de dos siglos, uno se topa con el edificio central al que han bautizado como Tramuntana con un patio y su típico pozo y cuyas paredes abrazan unas enredaderas verdes cuidadas con esmero.

Hace unos años, uno de los sellos de lujo del imperio hotelero Apple Leisre Group se enamoró de los terrenos y lo convirtió en el Zoëtry Mallorca. Con buen ojo pidió conservar todo lo posible el encanto original de la época. Se enamoró como todo el que lo visita de la historia que envuelve esta finca cuya leyenda cuenta que sus propietarios podían atravesar la isla sin salir de sus propiedades. El hotel es propiedad de HIP (Blackstone), gestionado por AMResorts, compañía hotelera de Apple Leisure Group y bajo la enseña de lujo Zoetry Wellness&Spa Resorts.

Intacto está el molino del siglo XV que aguarda a que un técnico lo ponga en funcionamiento para volver a amasar pan en breve. Pero sin duda la joya de este Downton Abbey mallorquín es su capilla, por llamarlo por su nombre arquitectónico pues la mandó construir en 1872 el propio Villalonga para agradecer a Dios el nacimiento de su primer hijo varón, tras cuatro intentos fallidos. Cuentan que en la cripta están enterrados los restos mortales del matrimonio y quizás algunos descendientes más. Ahora ofician bodas aunque la iglesia no está consagrada . En su bóveda mandó colocar la inscripción de Job Capítulo XIX versículo 25 «Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo».

Catalina Zaforteza, noble mallorquina apodada ‘la gran cristiana’ se casó a los 23 años con Mariano de Villalonga, conde de Ayamans y diputado en las Cortes, uno de los terratenientes mallorquines más poderosos de la isla desde finales del XIX a principios del XX. La describen como una mujer de carácter, culta y muy conocida en la isla por su generosidad y alma caritativa , así como por mantener en su casa una tertulia sobre literatura y política, que apoyaba la causa carlista. Su matrimonio se vio truncado pronto tras haber dado a luz a cinco hijos.

Zaforteza heredó un patrimonio incalculable que le fue arrebatado por sus ideales políticos y desterrada a Guadalajara. De allí consiguió huir y exiliarse en Montpellier. Regresó a Palma de Mallorca donde tuvo que enfrentarse a la familia de su marido que pedían su fortuna alegando que el tan deseado hijo varón del matrimonio ya no estaba vivo. Zaforteza consiguió recuperar algunas de las propiedades y supo invertirlas en beneficio de la isla .

Hoy en su noble fortaleza sigue el reloj de sol con el que se orientaban, se conservan árboles con más de 200 años bajo los que los huéspedes, en su mayoría turistas alemanes y británicos, aunque este año se animan los españoles, desayunan sobrasada y quesos de Mahón. Adentrarse en sus jardines es un joya, como si uno estuviese en un botánico, desde la típica planta mallorquina del amor o lirio del Nilo, árboles de la seda (especie única de Asia) o los cinco negritos o planta española cuya flor forma los colores de nuestra bandera , cuyas semillas fueron entregadas como trueque en su momento.

El huésped puede bañarse en alguna de las dos magníficas piscinas o jugar al tenis en sus canchas y podrían acoger a cualquier equipo de fútbol ya que cuentan con un campo reconocido por la Fifa. Y también pueden completar la historia alojandose en alguna de las suites con nombre de la familia; la Villalonga o la Zaforteza, tienen más de 100 metros cuadrados. No es un hotel al uso , es historia de la isla.

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