Desde aquel gélido día de diciembre intentó reponerse del mazazo que supuso enfrentarse a una muerte que parecía no poder esquivar. Refugiada en los suyos, también tuvo que reponerse de la muerte de su padre , e intentar abrazarse a la esperanza para poder luchar, aún sin fuerzas, ante una mal que, según ha confesado, le acompaña desde que nació: «He intentado afrontar, asimilar y esperar que la medicación me retuviese aquí el tiempo necesario para acabar todas esas cosas que una tiene la sensación de no querer dejar a medias».
En su relato, Álvarez , que fue una de las compañeras de Isabel Pantoja en 'Supervivientes ', explica desde la angustia, la desesperación y el desgarro cómo han sido estos seis meses en los que la incertidumbre y los peores presagios iban cogidos de la mano: «Con importencia de desconocer el origen de mi enfermedad, perdida entre pruebas clínicas, analíticas, resonancias, tratamiento y demás».
Tras este tiempo de oscuridad Loli confirma que actualmente la situación parece controlada y que el tratamiento parece surtir el efecto esperado, al menos el necesario para «llevar algo parecido a una vida normal que me permitirá continuar y terminar esas pequeñas cosas que siempre me han dado la vida», afirma con cierto pesimismo.
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