Chabelita nos ha salido una guionista del disgusto

Mientras escribo esto, ella mantiene un cabreo en condiciones con la madre, Isabel Pantoja , y con el hermano, Kiko Rivera . Chabelita, o Isa P, nos ha salido una guionista del disgusto en la propia familia, pero guión espontáneo y con bordadura de infidelidades de cotilleo o reproches fáciles a la madre, que siempre cotiza. Igual se casa este año la criatura, igual no. Entretanto, va afinando la carrera de arreglarlo todo mientras todo lo desarregla.

Igual han roto Desiré Cordero y Mario Casas . Igual. Ella ha dado un mensaje sospechoso, en las redes, que todo lo abarcan, como un deseo de futuro que es presente: «Alguien que me quiera y se quede conmigo». Igual la pareja del verano no ha llegado al invierno. Se van a despedir de nosotros sin apenas haberse presentado.

Bárbara Rey y Bigote Arrocet siguen jugando a parecer la pareja que a lo mejor ni ellos mismos saben si son, o no son. Qué pereza. Y que a estas edades todavía el personal se ocupe de hacer carrera de famoso porque sí. Qué pereza, y qué aburrimiento. Con el mismo esfuerzo, casi podrían hacerse una carrera de verdad.

Brigitte Bardot nos ha salido negacionista. Dice que no va a vacunarse contra el covid, porque es alérgica a todos los productos químicos. Como si la vida misma no fuera química misma, desde el cruasán de la mañana, o el bikini que ella ya no gasta.

De modo que ahí la tiene Macron , diciendo que nones. Macron y nosotros. Brigitte ya ha cumplido ochenta y siete años de jubilata excéntrica, pero es BB. Nadie va a discutirle un trono mayor en el recuerdo de los cinéfilos, en general, y de los erotómanos, en particular, pero sin necesidad de nombre, ni de apellido. Es BB. Su gran éxito incalculable amanece en los sesenta, y da la explosión en los setenta. Después va y deja el cine.

No hay francesa más ilustre, zona variedades, con permiso de Catherine Deneuve . Brigitte empieza a ser BB al salir en una película nunca olvidada ‘Y Dios creó a la mujer’. A resultas, prosperó pronto otra frase de prórroga, o respuesta periodística, y de calle: «Y el diablo creó a Brigitte Bardot». Desde aquello, funcionó todo seguido nuestra guapísima, a bordo de una melena de peinado despeinado que le han copiado todas, hasta hoy. Cuando asomaba, era la tentación, clamorosamente, con el imán de las mejores diablas sexuales.

Se apartó pronto de los focos de diva, allá por los setenta muy remontados, aunque encontró tarea de vocación en las causas de defensa de la vida animal. La bella esquiva se consagró a las bestias diversas. La diosa de los focos prefirió ser la diosa de las focas. Trabajó con Jean Luc Godard y con Louis Malle . Fue la musa de la moda del momento. Hizo cuarenta y siete películas, se desempeñó en diversos musicales, y hasta grabó cincuenta canciones.

BB fue pionera en ponerse o quitarse los panties de barrio, que incluyó en varios reportajes de desnudos sin desnudo. Escribo panties porque eran panties lo que ella usaba, y no medias. El erotismo es el susto del sexo. Y en esos sustos tuvo magisterio BB, que inventó el panty popular como una fastuosa funda para el violín clamoroso de los muslos de otras, y de los suyos, obviamente, que fueron muslos de lujuriante prestigio parisino. Simone de Beauvoir le hizo el retrato eterno: «Era al mismo tiempo depredadora y víctima de sus depredadores».

Se casó cuatro veces. En la hemeroteca de amantes asoma Warren Beatty y Serge Gainsburg . No aceptó nunca la rutina, fue musa de la liberación sexual. Ahora es una momia ilustrísima y una señora más bien antipática que dice que no va a vacunarse. Fue BB y después no paró haciendo el relevo de sí misma, con sólo cambiar de lencería. O de marido.

Veo las revistas de la semana y la alineación de famosos que plantea la liga del nuevo año es escalofriante. Más de lo mismo, o sea, menos de lo mismo. Todos son gentes sin trayectoria, mérito, o empleo, incluso. Son la nada con tarifa.