A Carlos y Camila les sale un hijo secreto

Según Dorante-Day, sus abuelos adoptivos Winifred y Ernest , que trabajaban para la Reina Isabel II y el Príncipe Felipe le habría asegurado en reiteradas ocasiones quienes eran sus padres biológicos. En una reciente entrevista el ingeniero afirmaba que no fue hasta que nació su primer hijo, con ojos azules, cuando realmente comenzó a investigar.

Tres décadas más tarde Dorante-Day afirma que no quiere dinero, ni un título pero sí una prueba de ADN para conocer la verdad. «Mi esposa también fue adoptada y al conseguir hablar con sus padres biológicos y adoptivos, pudo entender el porqué fue entregada y lo que sucedió... Quiero esa oportunidad y creo que ellos tienen derecho a explicar su versión para que yo sepa por lo que pasaron. Lo que estoy buscando es la verdad».

El ingeniero reveló que había escrito a la Reina y al Príncipe de Gales en numerosas ocasiones sin recibir respuesta por lo que llevó el caso al Tribunal Superior de Australia y demostrar así que es hijo de Carlos y Camila.

En la biografía de Sally Bedell Smith, titulada «El Príncipe Carlos: Las pasiones y las paradojas de una vida improbable» su autora asegura que el verdadero amor del heredero de la Corona siempre fue Camila, hija de un oficial del Ejército británico, a quien conoció en 1972. La pareja decidió poner fin a este romance en 1973, año en el que el príncipe Carlos se embarcó en un viaje al extranjero con la Marina Real británica. Poco después de que Camila y Carlos se separaran, ella se reconcilió con un antiguo novio, Andrew Parker-Bowles, con el que contrajo matrimonio en 1973. A pesar de este matrimonio, Sally Bedell Smith afirma que «la relación con Carlos continuaría durante gran parte de su matrimonio con Diana».

Carlos y Diana anunciaron su separación en diciembre de 1992 y el divorcio se firmó en 1996. La princesa de Gales murió al año siguiente, en un accidente de coche en París cuando viajaba junto a su por entonces pareja, Dodi Fayed, hijo del dueño de Harrods, Mohamed Al Fayed.

Ocho años después de la trágica muerte de Diana, en 2005, el príncipe Carlos se casaba con Camila en una ceremonia civil en Windsor, a la que sus padres, la Reina Isabel y el príncipe Felipe, decidieron no asistir. «Sus Majestades consideraron que era incompatible asistir a una ceremonia civil con su papel como gobernadores supremos de la Iglesia de Inglaterra».