En 1989 decidió emprender su propio proyecto, que gracias a su tesón e ingenio, consolidó a lo largo de los años. Todos los que tuvimos el privilegio de conocerle sabemos que era un hombre divertido, generoso y detallista.
Su pérdida la semana pasada deja un gran vacío y supone el final de una era y, sin embargo, su legado seguirá vivo gracias a los vinos que llevan su nombre.
A pesar de que los que cuentan con mayor reconocimiento son sus tintos, nunca tuvo reparos en experimentar y apostó por estilos como la maceración carbónica, los vinos blancos -antes de que fueran habituales en la región- y diseñó técnicas únicas y patentadas para la elaboración, como, por ejemplo, la de Trasnocho.
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Precio:
63 euros.
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Denominación:
Rioja.
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Bodega:
Remírez de Ganuza.
El Reserva 2016 es fiel al estilo y la línea de la bodega, basado en la mejor uva posible, con una crianza de más de dos años en barricas de roble francés. Vinos que, como Fernando, dejan una huella imborrable en nuestra memoria.
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