Calambur Pardilla: un blanco diferente con aromas a membrillo

A día de hoy, es Jesús María Recuero la cara visible, haciendo gran hincapié en la recuperación de viñas antiguas de variedades locales. Por sus manos pasan uvas que estaban prácticamente extintas y que cuentan con una representación casi imperceptible en el panorama como la moravia, tinta velasco o la elegida para el vino de hoy, pardilla.

Noticia Relacionada

Vía Edetana: la trilogía de las variedades autóctonas

Pilar Cavero

Edición limitada de 5.000 botellas que acaba de ver la luz, con la uva cariñena como protagonista, producida con viñas de más de cuarenta años

Las uvas provienen del paraje Viñedo de Conejos en Guzquia, situado a 820 metros sobre el nivel del mar. Realiza una breve maceración pelicular, que le aporta mayor complejidad y textura, así como la crianza sobre lías de seis meses.

Un blanco diferente, con aromas de membrillo e incluso almendra, en el que el volumen y densidad hacen que sea un acompañante perfecto para platos de todo tipo, convirtiéndolo en una opción versátil y muy gastronómica. La prueba evidente de que el mundo es de los valientes, y que merece la pena apostar por lo singular.