Terracotta: fina cocina tradicional actualizada

detapeo

El restaurante lleva poco más de un año en la calle Velázquez, en una sala decorada con calidez y detalles de artesanía

La ensaladilla de Terracotta, en la Milla de Oro de Madrid

Madrid

23/06/2023
Actualizado a las 18:44h.

Pararse a picar algo en la calle Velázquez, en plena Milla de Oro de Madrid, puede ser un reto. Uno de los sitios que invita a hacerlo es Terracotta, que, al tiempo que es refinado, moderno y discreto, invita a compartir su filosofía y ... sus platos sin formalismos en su larga barra o sus mesas.

Se trata de la aventura del joven emprendedor leonés Ignacio Sánchez, quien abrió el local hace poco más de un año y con solo 29 él, que se declara un apasionado de la gastronomía y para ello se ha formado en gestión y sala en la Universidad de Alicante, el Basque Culinary Center y el Grupo de Luz de Santander.

En la capital elaboró su propuesta de la mano del asesor Carlos Núñez, con quien dio forma a una carta que busca la esencia, en el producto -de calidad y de temporada- y en las técnicas y los tiempos de cocción, a tono con su decoración centrada en la artesanía y los colores de la tierra (obra de la joven interiorista Helena Cánovas).

Qué pedir: ensaladilla, brioche, croquetas, puerro (foto izq.) y sus 'sangrías'.
Perfecto para: una primera cita, una charla tranquila, un rato entre amigos.
Precio cerveza: 4,20 euros.
Precio ensaladilla: 17 euros.
Dirección: C/Velázquez, 80. Lunes a sábados de 13 a 17.30 y de 20 en adelante. Domingos, solo mediodías.

En la cocina de Terracotta, de elaboración propia, sobresalen los sabores, los fondos y las salsas, desde los de su ensaladilla cremosa con encurtidos, piparras y atún rojo (17 euros) o sus croquetas de carabinero, velo ibérico y alioli de ajo negro (14) hasta el brioche de calamares, limas encurtidas y hierbas frescas (15, 2 unidades) y el puerro a la brasa con tartar de gambón (17,50). Hay más, como las flores crujientes de calabacín (14) y platos que recogen tradición como los chipirones a la plancha (20), además de una oferta de arroces y segundos de carnes y pescados.

Imagen principal - Arriba, la elegante y cálida sala de Terracott. Abajo, sus croquetas de carabineros con velo ibérico y su sangría cítrica y floral. — Arriba, la elegante y cálida sala de Terracott. Abajo, sus croquetas de carabineros con velo ibérico y su sangría cítrica y floral.

Imagen secundaria 1 - Arriba, la elegante y cálida sala de Terracott. Abajo, sus croquetas de carabineros con velo ibérico y su sangría cítrica y floral. — Arriba, la elegante y cálida sala de Terracott. Abajo, sus croquetas de carabineros con velo ibérico y su sangría cítrica y floral.

Pero si de lo que se trata es de tapear, los entrantes mencionados invitan a ir al centro para probar un poco de todo y hacer orquesta con su carta líquida. Más de 50 referencias de vinos componen su bodega, salidas de toda España, y especial atención le ponen a su coctelería, artesanal como se lleva ahora y como corresponde al 'leitmotiv' de este local.

Destacan en este apartado sus sangrías propias, como la cítrica de licor de flor de sauco, zumo fresco de pomelo y de limón, aguamiel de azahar y espumoso de plátano con fruta de la pasión (6). Pero tienen seis en este momento. Se inspiran en el antecedente histórico de esta refrescante bebida, los 'sangaree', una mezcla a base de vino de Oporto y de Madeira al que, en tiempos de marineros y expediciones del siglo XVII, se añadían frutas, especias y azúcar, una especie de ponche con el que aguantar las travesías transoceánicas.