El nuevo restaurante clandestino de moda en Madrid: un chef Michelin y un menú que busca el sabor de los colores

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Laura Pintos

Ubicado en la calle Velázquez, de Madrid, aspira a combinar gastronomía con la conquista del ocio nocturno en la capital

El menú se sirve solo para 16 comensales por servicio, en una larga mesa central única, y cuesta 270 euros. Está en manos del chef Kiko Moya, que en su L'Escaleta, de Cocentaina, Alicante, tiene dos estrellas Michelin con su cocina de autor, íntima y de la comarca, pero en Madrid ha decidido hacer algo muy distinto.

Fiel a su estilo rompedor, en la capital ha ido más allá y ha diseñado un viaje gastronómico por el arco iris. La pregunta que dispara el plan es «¿a qué saben los colores?». Con ello se da inicio a un show y a un menú -van de la mano- que el comensal va descubriendo a medida que se ejecuta, y no antes, con un espíritu de misterio que busca divertir pero también asombrar.

Los responsables de Sinestesia, que abrió sus puertas el 21 de diciembre pasado, hablan de recorrido 'multisensorial', alimentado por luces, proyecciones, música y la actuación del personal de sala, guiado por un teatral jefe que conduce a los viajeros. Lo cierto es que esta fusión de tecnología y alta cocina comienza con un local de neones, sin cartel ni cristales que anticipen qué hay detrás de su robusta puerta de discoteca o de 'escape room'.

Una vez dentro, la comida se estructura en siete pases en el que cada tono se une a un destino imaginario y, sobre todo, a un plato diseñado por el chef. Así, el violeta juega con la remolacha y un salmorejo, el azul desafía a una quisquilla, el verde encierra un hummus de alcachofa, el amarillo se rinde a un arroz del cocinero alicantino, el naranja rinde homenaje a un huevo de oro, el rojo es el de un asado de wagyu y el postre baila al son de sus ingredientes multicolores.

En el medio hay algunas degustaciones de ingredientes sorprendentes, vajilla creativa e interacciones con el conductor, y a lo largo de toda la comida o cena un maridaje con seis vinos y un cóctel final (también hay uno de bienvenida, ambos rendidos al dulce y nuevamente al color).

Un lugar así debía estar en un sitio también único: el nuevo punto de ocio de la capital, bautizado Caleido y montado debajo de las cuatro torres de la Castellana, donde hay ya varios restaurantes, cines y un puñado de tiendas.

Sinestesia abre de miércoles a domingo, mediodía y noche. La opción sin maridaje (la comida se acompaña solo de agua) cuesta 190 euros.