Mesa solo para ocho: restaurantes para unos pocos comensales

El nuevo Playing Solo y el clásico y reputado El Corral de la Morería, ambos en Madrid, comparten aforo, en busca de ofrecer una experiencia personalizada y cercana junto con su menú gastronómico

Alta cocina por menos de 50 euros: cuatro bistrós de Madrid

El restaurante Playing Solo con su larga barra, solo para ocho comensales.

La exclusividad siempre ha sido un elemento clave para el lujo. Pero en un restaurante se trata, sobre todo, de ofrecer una experiencia resposada y personalizada, muy cercana, de contacto directo con el chef y el servicio de sala, en la que se ... pudiera prestar máxima atención a cada comensal. Es, también, una apuesta arriesgada para el negocio que, sin embargo, algunos están asumiendo, con espacio solo para ocho comensales, como elemento diferenciador.

C/Manuela Malasaña, 3. Madrid

Playing Solo

Cuando en enero pasado Luis Caballero abrió Playing Solo, en la calle Manuela Malasaña de Madrid, tenía en mente un teatro. Se imaginaba un lugar en el que los comensales pudieran ver la cocina en directo, pero que además tuvieran la oportunidad de escuchar la historia detrás de cada plato y su elaboración, y en el que su propuesta única –que cambia cada temporada, ya va por la tercera versión–se ajustara a su ritmo, fuera algo vivo, una comunión palpitante.

Para ello, necesitaba concentrarse en unos pocos clientes a la vez, y decidió limitar el aforo a ocho. «Quería algo pequeño para dar el máximo a nuestros comensales», afirma el chef, quien está satisfecho con la acogida que está teniendo su idea, en la que lo acompañan solo tres personas más, una a su lado en los fogones y dos en sala.

En su aventura, todo es singular. Caballero se dedica a la gastronomía –pasó por DStage, Kabuki y el danés Geranium– por una vocación descubierta aún después de haber estudiado Física y es aficionado al jazz (de ahí el nombre, y algunas referencias decorativas que se dejan ver en la sala minimalista, sin demasiadas distracciones fuera de una estantería de fermentados y encurtidos). Sumado a ello, en su menú degustación 'kaiseki' de once pases, bautizado en este momento 'Primeros Andares Verano' (105 euros sin maridaje, que cuesta entre 30 y 72 euros y sale de su variada bodega de más de 90 referencias de todo el mundo), combina la estética japonesa con sabores nórdicos y españoles y una sólida base técnica francesa.

Arriba, el cocido madrileño estival del menú de Playing Solo. Debajo, el chef, Luis Caballero, y al lado un momento del emplatado del pase de la carrillera.

  

Todo, servido al unísono a su puñado de clientes sobre en una larga barra de mármol en 'L', que rodea a los fogones y deja espacio para que pueda dar en el centro una introducción de cada receta. Es el elemento central de la obra que interpreta a viva voz cada mediodía y cada noche –en verano, de miércoles cena a domingo almuerzo– en su escenario blanco.

Playing Solo

  • Menú 'Primeros Andares Verano': Entrantes o 'primeros bocados' de bombón de conejo de campo y flor de pisto; bonito, trucha y botarga entre los de mar; cocido madrileño estival; San Pedro, corzo y carrillera de principales y dos postres.

C/de la Morería, 17. Madrid

El Corral de la Morería

De uno nuevo a otro que forma parte ya de la historia de la capital -lleva abierto 67 años- y que constituye uno los templos más reputados e importantes del flamenco, lo cual le aporta también un carácter absolutamente único.

Porque en El Corral de la Morería se ve a los mejores artistas de este estilo, pero también se come a la altura de los restaurantes más excelsos del mundo –ahí está su estrella Michelin, dos soles Repsol y el aval unánime de la crítica– y se beben vinos de una bodega que constituye otro patrimonio en sí misma –es la más grande que existe de jereces, con etiquetas que nadie más tiene–.

Santi Carrillo, Juan Manuel del Rey y David García en El Corral de la Morería

Aquí, igualmente, solo comen ocho personas a la vez, en la discreta sala contigua al escenario, donde discurre el otro show que se puede atender de forma opcional complementaria a la cena de altura.

La quisquilla del menú Gargantúa, del Corral de la Morería

Su menú actual es 'Gargantúa' (nueve pases, 85 euros sin maridaje), en el que el chef bilbaíno David García (El Bulli, Mugaritz, Martín Berasategui, Nerúa) enhebra producto de calidad y huerta ecológica o cultivo controlado con su arte en los fondos y caldos y acertados toques de su cocina vasca de origen.

El Corral de la Morería

  • Menú 'Gargantúa': Entrante de puerro, su exquisita quisquilla de Motril con tomate y queso, patatas en salsa verde con kokotxas de bacalao, su clásico de tallarines de calamar, bogavante en consomé de alubias, lubina, pichón y, de postres, leche crujiente y su mágico Intxaursalsa.

Más casos

En Madrid hay más. El curioso Diamantes de Sal Rosa, un clandestino ubicado en un subsuelo de la calle de Eguilaz, 13, con suelo de este mineral del Himalaya y un menú de alta cocina tailandesa.

Y lo último de Marcos Granda, el chef asturiano con cinco estrellas Michelin, su barra japonesa Toki (C/Sagasta, 28), aún más íntimo: solo para seis personas.

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios