El mejor queso de España es elaborado por personas con diversidad funcional

La leche de cabra pasteurizada es la clara protagonista de este producto, sin olvidar a cada uno de los 12 trabajadores que forman el equipo de trabajo. Para poder disfrutar de este queso, cada una de las piezas pasa por un proceso de maduración lento de aproximadamente unas seis semanas. Una de sus características es su corteza florida natural y su suave textura. «La implantación del hongo en la corteza es lo que hace que tengamos que cuidarlo muchísimo para que llegue a tener el aspecto redondeado y aterciopelado que lo caracteriza», señala Anna Prado, responsable de Formatges Muntanyola.

El queso Gorrotxa no es el primer premiado de la empresa Formatges Muntanyola, de la Fundación Ampans. Su queso de vaca eco curado fue uno de los primeros madurado con cerveza en la península, y se hizo con la medalla de bronce en anteriores ediciones siguiendo una fórmula originaria de Bélgica. Elaborado con leche ecológica de vaca, tiene una maduración tranquila de tres a seis meses. Las levaduras de la cerveza estimulan el desarrollo de los fermentos, algo que provoca un sabor distinto y carácter «elegante y sabroso» para la responsable de la quesería.

Un reconocimiento de tal calibre es motivo de júbilo y alegría para cualquier quesería y artesano que ve valorado su trabajo y dedicación, pero si a todo ese proceso se suman historias personales como la de Salvador Vila, el reconocimiento toma un valor superior. El trabajador ha crecido en torno al cuidado de la ganadería y el cereal, tanto es así que nació en la misma finca Urpina, lugar donde Formatges Muntanyola elabora trece tipos de queso artesanal.

Los recursos de finca Urpina han cambiado con el paso de los años. Salvador Vila, junto a su familia, hermano y padres, ha pasado de trabajar en una lechería y cuidado de las vacas al cuidado, esta vez, de una granja de cabras y el desarrollo de la quesería. «Vive en la finca junto a su padre y hermano, en la casa familiar de toda la vida», explica Anna Prado. «En la finca siempre hay actividad, algunos nuevos proyectos, visitas y tienen mucha compañía», añade.

Una vez más, los actos hablan más que las palabras, y en este caso, la medalla de oro ha significado mucho más que un reconocimiento culinario. «Creo que la noticia en sí ya es el mensaje que queremos transmitir», señala Prado. «El éxito de nuestros proyectos tiene la base en querer hacer las cosas bien y con buenos resultados tanto para las personas como para el proyecto, hacerlo viable y a su vez que pueda competir por su calidad», concluye. Un queso que desprende un aroma que recuerda a bosques y champiñón, y que pone en valor la importancia de dar oportunidades.