Por qué el mejillón es un 'superalimento' azul clave para el futuro de la humanidad

El biólogo marino Carlos Duarte, director científico del congreso, definió con claridad qué son estos 'superalimentos' marinos: «Son alimentos asequibles de alto valor nutritivo y beneficiosos para la salud humana y ambiental, fuente importante de micronutrientes esenciales y con un papel primordial para reforzar nuestra salud mental, coronaria e inmunitaria. Además, tienen una baja huella de carbono y resultan asequibles para todos por su bajo precio. Por ello son una fuente importante de la dieta global».

«Lo importante es definir cómo producirlos sin impactar en su biodiversidad. Y la acuicultura puede ser la solución». Una acuicultura que, a nivel global, empezó en los fiordos noruegos con el salmón y en las rías gallegas con el mejillón y que, según Duarte, puede extenderse a otros animales marinos como los erizos, las anémonas, las sardinas, las orejas de mar, las ostras, las macroalgas o los pepinos de mar.

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En ese sentido fue especialmente interesante la ponencia del biólogo gallego Uxío Labarta, el mayor especialista español en mejillones, quien afirmó que estos moluscos, pese a la creencia de algunos ecologistas, no alteran en absoluto el ecosistema. Muy al contrario, los mejillones son el paradigma de esos superalimentos azules. Tienen una baja huella ambiental y son proteínas de alta calidad. Además contienen una alta cantidad de ácidos grasos Omega 3, de yodo, de vitamina B12 y de fitoesteroles que equilibran el colesterol. Y por si fuera poco, se trata de un producto de precio muy asequible. Labarta se felicitó además por el hecho de que en los últimos años haya aumentado el consumo de mejillones en fresco, por encima de los enlatados.

En una mesa redonda sobre la pesca, María del Carmen Díaz, presidenta de la Federación Nacional de Pesca Artesanal, hija y nieta de pescadores, alertaba de que al ritmo actual «en dos generaciones ya no quedarán pescadores». Falta reconocimiento a esta profesión, muy poco valorada actualmente ya que tiene un problema de imagen. «El sector está en decadencia. Es una profesión sacrificada pero sostenible, que ayuda a la economía local y a la salud, y el público debe saberlo», aseguró.

Díaz señaló también que los legisladores desconocen la realidad del mundo de la pesca y han creado una normativa muy compleja que persigue a estos profesionales. En la misma línea estuvo Javier Garat, secretario general de la Confederación Española de Pesca: «En España tenemos una gran variedad de flota pesquera, pero necesitamos encontrar un equilibrio entre seguir con nuestro oficio y alimentar a la población y preservar la biodiversidad y el uso sostenible de los recursos. Queremos reducir nuestro impacto. Llegar a saber cuál es el nivel aceptable».

Julio Morón, director de la Organización de Productores Asociados de Grandes Atuneros Congeladores, también pidió apoyo para el sector atunero español y europeo, que no puede competir con otras flotas, como las de China o Indonesia, que no cumplen con los estándares de calidad medioambientales ni con unas mínimas condiciones laborales para sus trabajadores, «en ocasiones en régimen casi de esclavitud» y que encima invaden el mercado europeo a precios muy inferiores ya que no pagan aranceles. Pidió a los consumidores que exijan la calidad y el respeto ambiental con que trabaja la flota atunera española, y a la administración que se obligue a informar en las latas cuál es el origen del pescado que contienen.

Otro grito de alarma lo dio José Pérez, el principal recolector de ortiguillas de Andalucía. Precisamente las anémonas de mar están en ese grupo que Duarte calificó como 'superalimentos' azules. Pérez denunció que la sobreexplotación y la plaga de alga asiática están acabando con las ortiguillas en Cádiz, algo que ya ocurrió en las costas de Granada, y se lamentó del poco apoyo que reciben de las administraciones para intentar resolver este problema. Por su parte, el cocinero Ángel León mostró los trabajos que sigue desarrollando con pescados de descarte. «Hay que perder el miedo a esta palabra, descarte, porque la utilización de esos pescados puede contribuir al equilibrio del mar». León ya está con un proyecto para alimentar a los niños con esos descartes, incluyéndolos en la masa de las pizzas o en las pastas.

En el Encuentro hubo tiempo también para hablar de algas, de conservas o de los peces mictófidos, los vertebrados más abundantes del planeta, que viven a grandes profundidades y que podrían servir también de alimento ya que tienen un gran poder nutritivo, aunque todavía hay que estudiar si su captura puede alterar la cadena trófica.

Y tiempo para estupendas comidas y cenas a cargo de cocineros de primer nivel como el propio Ángel León, Pedro Sánchez (Bagá, Jaén), Juanlu Fernández (Lu, Jerez), Xanty Elías (Finca Alfoliz, Aljaraque), Pepe Solla (Casa Solla, Pontevedra), Diego Gallegos (Sollo, Fuengirola) o Aitor Arregui y Pablo Vicari (Elkano, Guetaria, y Cataria, Chiclana). El próximo año, el Encuentro de los Mares seguirá buscando respuestas sobre el futuro de los mares y los alimentos que contienen.