Estafan más de 11.800 euros con falsas reservas a un restaurante pamplonés en plenos Sanfermines
El equipo del restaurante Kabo afirma sentirse muy afectado y desprotegido frente a este tipo de situaciones
Roban siete botellas de vino por valor de más de 100.000 euros en Palafrugell
Equipo del Restaurante Kabo, en Pamplona
No es la primera vez que ocurre. Son muchos los restaurantes y espacios gastronómicos que afirman sentirse desprotegidos frente a reservas falsas y grandes cancelaciones. En esta ocasión, el afectado ha sido el restaurante Kabo, en Pamplona, que afirma haber sido víctima de ... una estafa organizada que completó sus reservas en plenos Sanfermines para anularlas todas después y dejarlos sin margen de maniobra y sin los comensales que esperaban.
La jefa de sala del local, Jaione Aizpuruza, asegura que este tipo de episodios son más frecuentes de lo que parece en restauración en los últimos tiempos, aunque quizá no a tan gran escala.
«Todo empezó el día 6», explica la profesional. «Llevábamos semanas avisando de que estábamos completos, y comenzamos a tener algún fallo en las reservas. No cogían el teléfono, pero no le dimos demasiada importancia porque era el chupinazo y los primeros Sanfermines sin Covid donde puede venir todo el mundo de los demás países», añade. Pero lo que en un inicio parecían unos fallos puntuales resultó ser toda una estafa orquestada y preparada, valorada en más de 11.800 euros.
60 falsas reservas
Según explica la jefa de sala, tras hacer un balance general junto a todo el equipo, el restaurante ha perdido unos 146 clientes debido a las repentinas cancelaciones de 60 reservas falsas. «En las noches comenzamos a notarlo: en lugar de recibir las 30 reservas previstas, recibíamos dos por ejemplo», relata. Así, el equipo comenzó a llamar por adelantado a los números de los clientes. Los correos que se habían dado al momento de reservar las mesas enviados no obtenían respuesta. Lo mismo ocurría con las llamadas, a excepción de distintas ocasiones en las que el locutor, confuso, afirmaba no haber hecho ninguna reserva.
Además de las pérdidas monetarias, los profesionales afirman sentirse desprotegidos frente a esta situación, que definen como un duro golpe emocional. «En nuestro restaurante somos como una pequeña familia», explica la jefa de sala. «Es duro porque hay mucho tiempo de preparación detrás. La elaboración de las salsas y de los emplatados lleva mucho trabajo», añade, además del coste en materia prima.
Hacer frente a la situación es complicado ya que, como señala Aizpuruza, hacer una reserva en un restaurante y no acudir no es un delito. No obstante, el equipo se ha puesto en manos de profesionales para ver cómo abordar la situación y poner la denuncia pertinente. «Nos sentimos desprotegidos frente a estas situaciones porque es muy difícil tomar medidas que satisfagan a la mayoría», reconoce.
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Desde Restaurante Kabo han planteado diferentes alternativas, como el cobro por adelantado, para evitar volver a vivir algo así y como están haciendo ya otros hosteleros en los últimos meses. Pero creen que esto no se adecúa a todo el mundo. «Hay personas mayores que no saben manejarse, turistas que llegan de improviso o personas que simplemente no tienen tarjeta bancaria, y no queremos dejar de atender a ningún cliente», admiten.
Este es el mensaje que el equipo de Kabo compartió en redes sociales contando lo ocurrido y agradeciendo todo el apoyo recibido a los comensales que han podido disfrutar de su propuesta durante las fiestas de San Fermín.
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