Cinco errores que cometes al hacer café en casa

Los datos de consumo que maneja la Asociación Española del Café (AECafé) reflejan que los españoles beben un total de 65,5 millones de tazas diarias – el 80% con cafeína–. Así, España está a la cabeza en Europa en la venta de café en el canal de hostelería, pero ¿se toma buen café en los hogares españoles?

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Andrea del Valle

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Yassir Raïs, CEO de Syra Coffee, con un tostador propio en Barcelona y una red de cafeterías de especialidad en la Ciudad Condal y en Madrid, explica a ABC las claves para un consumo doméstico de calidad y cuáles son los errores más comunes que cometen los consumidores.

«Para nosotros beber café representa una experiencia más que solo una comodidad. Ese primer sorbo para empezar el día representa mucho más de lo que la gente cree», apunta este experto. Por ello, para él el primer error que comete el consumidor doméstico está en la selección de la materia prima. La mejor lleva el sello de café de especialidad.

«Este término se usa para referirnos a granos que se han puntuado con más de 80 puntos en la escala de control de calidad de la SCA (Specialty Coffee Association) llevada a cabo por catadores profesionales. Para alcanzar esa puntuación, que tiene en cuenta todas las características del café, como acidez, dulzor, cuerpo, balance o las fragancias, hay que cuidar el producto en cada fase de su desarrollo», explica

Todo influye en la calidad del producto: «Desde plantaciones sostenibles, cuidando la tierra, hasta su envasado y transporte, con total trazabilidad y seguridad de lo que se está consumiendo», añade. En todo caso, baristas y expertos recomiendan tostados que respeten la calidad de los granos. Todos coinciden en que usar cafés torrefactos –tostados extremos con azúcar– es un gran error –también para la salud–.

Una vez seleccionada la variedad de café de especialidad, el siguiente paso importante para extraer al máximo las bondades del producto es molerlo en el momento. «Hacerlo tú mismo es un punto clave que puede marcar la diferencia a la hora de prepararte la mejor taza de café», explica Raïs. Existen molinillos manuales, económicos, que permiten seleccionar el grado de molienda.

«Moler todos los días los granos de café antes de preparar la bebida ayuda a no perder aromas y propiedades por el camino», defiende. No obstante, son muchas las tiendas y cafeterías especializadas que ofrecen moliendas respetuosas. Eso deja fuera de consideración a las cápsulas de café.

Depende de la zona en la que se viva, el agua puede ser más o menos dura. «Hay que pensar que, aproximadamente, el 95 % de una taza de café es agua, por lo que la que usemos, debe ser buena», explica. Es tajante al respecto: «Evita usar agua del grifo».

Es una forma también de cuidar las cafeteras con las que se prepara esta bebida –hay bastantes sistemas y muy diversos–. «Escoger agua embotellada, de mineralización débil, es la mejor opción», concluye.

En ocasiones, el resultado de un café hecho en casa –aún empleando una materia prima de calidad– no es el esperado. Para evitar la frustración, es necesario tener en cuenta que el tipo de cafetera en el que se haga. Ello implica regresar al paso del molido, ya que cada sistema y cada tipo de café requiere un nivel diferente.

«Para obtener un café corto e intenso debemos optar por una cafetera espresso o una italiana. En cambio, para cafés más largos y de sabores más complejos, elegiremos tener una cafetera de filtro», simplifica. La norma más extendida entre los baristas consultados es que por cada 10 gramos de café molido se utilicen 150 mililitros de agua caliente.

Existen otros métodos como la 'french press' o cafetera de émbolo; la V60, la Chemex, la Aeropress o la Syphon, explicadas aquí.

«Cuando hayamos terminado de preparar el café, saber guardarlo es algo que no debemos dejar pasar», avanza. Para que el almacenamiento no suponga un problema, lo ideal es «comprar siempre en pequeñas cantidades». «Para de dos a cuatro semanas, así nos garantizamos de que el tostado sea lo más reciente posible».

«En casa, debemos guardarlo en un recipiente hermético, en un lugar fresco, seco y protegido de la luz. Si queremos conservar el café a largo plazo, debemos congelarlo en un recipiente también hermético», concluye sus consejos.