Así es elBulli1846, el museo de Ferran Adrià que han visitado la Princesa Leonor y la Infanta Sofía

El taller ha estado dirigido por el propio Ferran Adrià en elBulliDNA, una construcción con forma de roca junto a la entrada original del restaurante que se integra en el paisaje de Cala Montjoi –pertenece al muncipio de Rosas–. Ha sido concebido como espacio polivalente en el que realizar este tipo de encuentros, más íntimos y cercanos. Quienes visitan este museo, encuentran en esta parte de la visita una muestra de todos los proyectos con ADN bulliniano que se han materializado desde 2011, año el que cerró el restaurante, hasta hoy.

El tema principal del encuentro-taller, como en la mayor parte de las intervenciones y ponencias que Ferran Adrià realiza por el mundo, ha sido la innovación y la creatividad. El cocinero, tal y como contó a ABC durante la presentación de este museo, no suele estar allí. La visita que han ofrecido a la Princesa de Asturias y de Girona –este miércoles 5 de julio hará entrega de los Premios Princesa de Girona– a estas instalaciones ha sido, en este sentido, excepcional.

El museo de elBulli1846 está concebido para «hacer pensar a la gente» en palabras de Adrià. Durante el recorrido, especialmente en la parte expositiva al aire libre que ocupa el antiguo parking del restaurante, el visitante se somete a preguntas a priori sencillas que contienen «respuestas muy complejas». Por ejemplo: ¿Qué es cocinar? ¿Cómo empezó la cocina? ¿Cocina la naturaleza? ¿Qué es crear?, ¿Qué es la creatividad?.

Todo enmarcado en una serie de instalaciones en las que se refleja el espíritu de la metodología Sapiens que fundó Adrià y en la que concluyó todo lo aprendido en elBulli más allá del acto culinario y degustativo. El espacio expositivo es enorme, con 2.500 metros cuadrados al aire libre y 1.300 más en interiores.

Entre otras cosas, se puede visitar la réplica exacta de la sala de elBulli decorada con mobiliario, mantelerías, cristalería y vajilla original. También las cocinas, detenidas en el tiempo desde su cierre en 2011, tras haber vivido 2.600 elaboraciones por servicio cada día. Un lugar en el que es posible acercarse al sistema de planificación, organización y funcionamiento que instauró Adrià y que hoy es replicado en gran parte de los espacios gastronómicos del mundo. Una forma de adentrarse en la mente del cocinero más famoso del mundo.