Hay vida más allá de las torrijas: estos son los dulces que hacen competencia al postre estrella de la Semana Santa en cada provincia de España

Muchos de estos postres tienen su origen en la necesidad de sustituir alimentos prohibidos durante la Cuaresma, como la carne, y otros alimentos de origen animal

Cómo hacer torrijas caseras. Receta tradicional de Semana Santa

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Hay vida más allá de las torrijas: estos son los dulces que hacen competencia al postre estrella de la Semana Santa en cada provincia de España

I. Asenjo

17/04/2025
Actualizado 19/04/2025 a las 00:09h.

Las célebres torrijas se llevan la palma en Semana Santa, en cuanto a dulce se refiere. Es el postre estrella que recorre toda la geografía española y cuyo éxito se debe a la sencillez de sus ingredientes -pan, leche, azúcar y huevos- y su sabor.

No obstante en cada comunidad autónoma y provincia existe una rica variedad de repostería estacional, con recetas heredadas de generaciones anteriores y que siguen formando parte de las celebraciones.

A continuación, repasamos los dulces típicos de Semana Santa provincia por provincia:

Almería: Papaviejos, pestiños (fritos con miel), roscos (anís y azúcar), leche frita, monas de pascua y buñuelos.
Cádiz: Roscos, gañotes, bollos y alpisteras
Córdoba: Gajorros (pasteles fritos en espiral), cuajaos, hornazo dulce, palillos de leche y pestiños.
Granada: Borrachuelos, flores fritas, leche frita, huevos moles, pestiños y roscos fritos.
Huelva: Hornazo dulce, leche frita, pestiños, hojuelas y cocas.
Jaén: Leche frita, hornazo dulce, pestiños, roscos fritos, tortas de aceite y las flores fritas.
Málaga: Borrachuelos (rellenos de cabello de ángel y fritos), huesos de Santo y pestiños.
Sevilla: Mantas doblás, pestiños, leche frita, roscos fritos, piñonate, orejitas de abad, cocochas o señoritos.

Huesca: Crespillos, buñuelos o mona de pascua.
Teruel: Nazareno y rosca de pascua.
Zaragoza: Mona de pascua o culecas, lunitas, bartolos fritos y salados, buñuelos, leche frita y crespillos.

Monas o huevos de Pascua, bollo de Pascua, Colomba Pasquale, pegarata, roscón de plumas, mantecado de Avilés, tartaletas de arroz con leche, Teresitas y marañuelas

Rabiols, panades, y crespells

Frangollo, leche asada, rosquillas fritas o tortitas de harina, rosquetes y arroz con leche.

Leche frita, huevos de pascua y monas de pascua

Rosquilla frita, canuto (conocido como torcío), flor frita o flor dulce, buñuelos, borrachos, pestiños, leche frita, buñuelos de Cuaresma y monas de Pascua.

Ávila: Panecillos de Ávila, tirabuzones y yemas de Santa Teresa.
Burgos: Monas de Pascua, rollos fritos, bollos de Pascua y buñuelos.
León: Rosquillas de San Froilan, retorcidos, fisuelos y flores fritas.
Salamanca: Monas de Pacua, pestiños, buñuelos de viento y huesitos de San Expedito.
Segovia: Florones segovianos (flor frita)
Soria: Monas, huevos de Pascua, limonada, virutas de San José y buñuelos.
Valladolid: Pestiños, rosquillas y Pastel Penitente
Zamora: Aceitadas zamoranas

Barcelona: Mona de pascua, huevos de chocolate, pestiños, roscos fritos, leche frita, buñuelos, galletas de Ramos y Roscón de Ramos.
Girona: Buñuelos del Empordà
Lleida: Panadons y monas de Pascua
Tarragona: Manjar blanco

Coca de llanda, panquemado, mona de Pascua, arnadí, pasteles de boniato y rollitos de anís, torta de pasas y nueces o buñuelo de Cuaresma

Canelilla o candelilla de La Siberia, pestiños, rosquillas fritas y floretas

Filloa de Lestedo, roscón de pascua gallego, buñuelos de crema o leche frita.

Bartolillos madrileños, hornazo de Chinchón, 'pasioncitos' de Morata de Tajuña, 'penitentes' de Alcalá de Henares, mona de Pascual, huevos de Pascua, pestiños o buñuelos

Torrijas

Chochos de Lorca, monas de Pascua, tortas de Pascua, paparajotes (hojas de limón rebozadas) y leche frita.

Canutillos rellenos de crema y tortas de chanchigorri.

Karapaixos, leche frita, buñuelos de Pascua, roscos de Pascua, y huevos de Pascua.

Fardelejos (hojaldres rellenos de almendra).

Muchos de estos dulces tienen su origen en la necesidad de sustituir alimentos prohibidos durante la Cuaresma, como la carne, y otros alimentos de origen animal, lo que llevó a los habitantes de España a recurrir a dulces elaborados con productos permitidos como azúcar, miel, frutos secos y especias.

Las torrijas, los pestiños y la leche frita, por ejemplo, no solo cumplían una función energética sino también una función simbólica: respetar las normas religiosas sin renunciar al sabor y la tradición.