Roi&Co
Conservas gallegas gourmet que resguardan la tradición y el oficio de las mujeres de la Ría de Arousa
Roi Lojo, hijo, nieto y bisnieto de obreras de la industria conservera, ha creado una marca artesanal para preservar su legado y honrar a todo el sector
Anchoas, boquerones o bocartes, tres nombres para un pez
Como buen isleño, Roi Lojo creció concentrado en el vientre de su tierra y con los días marcados por el ritmo del mar y de sus frutos. Con esos mimbres trabajaba su madre, y antes de ella, su abuela y su bisabuela, en la ... industria conservera, y también del universo líquido emergió la cocina marinera que distingue a Punta Cabalo, el restaurante que su familia abrió en el faro de la isla de Arousa, donde él aprendió desde abajo a transformar texturas y sabores y que hoy dirige.
Pero el gallego (Arousa, 1985) combina ese legado, que despunta también en un segundo comedor, con un incansable espíritu emprendedor. Así fue que, además de probar de joven con una empresa que filtraba, trataba con ozono y luz ultravioleta y embotellaba el agua pura de la zona, abrió Roi&Co, una pequeña conservera dedicada a un producto selecto, gourmet y artesanal.
Con esta etiqueta saca al mercado los mejillones de las bateas de su familia. Pero también envasa el mejor producto de la Ría de Arousa y de parte de las Rías Baixas, a través de su unión con las cofradías y proveedores cercanos, desde sardinas hasta luras, almejas y ostras, que se envasan el mismo día de su captura.
En el obrador de esta factoría «100 % honesta», según su dueño, están su madre y su mujer, quienes seleccionan cada pieza y las envasan a mano en sus latas, revestidas de un cuidado diseño para poner en valor su carácter único.
El emprendimiento, que además utiliza tecnología Blockchain para dar a conocer la fecha de elaboración exacta y el punto de captura del marisco, no aspira a ser masivo, porque el mar es el que manda y al que respeta ante todo. Los riesgos de no escalar no asustan a Lojo, son parte de su plan. «Esto se trata de convertirse en aspiracionales para quienes consumen conservas de pescado. El objetivo es que la gente se acuerde de ti para darse sus pequeños lujos«, admite.
Cómo surgió todo
Lojo no va solo en esta empresa. La idea surgió en pleno verano de pandemia, en 2020, en una sobremesa con amigos en Punta Cabalo. Cuatro de ellos se apuntaron como socios, desde el abogado Enrique León hasta el exfutbolista y actual empresario Aitor Ocio, el creativo publicitario Aitor Molina y David Lecanda, del Grupo Pimiento Verde y Gran Asador Lecanda.
Un año más tarde, Roi&Co se ponía en funcionamiento con el objetivo de reivindicar a aquellas mujeres conserveras que lo criaron, pero también a los pescadores, las mariscadoras, el entorno y el producto excelso de las Rías Baixas.
Y plantear nuevas maneras de hacer las cosas. «El sector conservero en España pasó mucho tiempo dormido, sin que pasase nada, monótono, le faltaba chispa y valor añadido. Afortunadamente -advierte Lojo- parece que se está despertando y poniendo en valor, en la actualidad hay unas cuantas conserveras haciendo las cosas bien«.
El tamaño de la empresa no le resta, a sus ojos, ambición. El emprendedor dice que se propone convertirla en «la mejor conservera del mundo» y que su enfoque artesanal y de calidad la diferencia. «Nosotros podemos encender la cocina para guisar diez kilos de producto, pero una empresa conservera al uso, grande, necesita al menos 1.000 kilos. Y eso, claro, determina el resultado», añade.
Las recetas que emplean en la elaboración de las latas son las de la familia de Lojo, algunas centenarias, y no se utiliza más que vinagre o sal como conservantes. Él, que se levanta cada día a las 5 de la mañana y no hace ascos ni al barco o las bateas ni a la sala, asegura que aquí, sin embargo, ha encontrado su verdadera misión y su lugar en el mundo. «Roi&Co mi es mi vida. Representa una forma de vivir, mis raíces, el sitio donde quiero estar», confiesa.
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