Así cambia el precio de los menús de Nochebuena según la comunidad donde vivas: del que más sube al que menos

Así, ABC ha recopilado algunas de las posibles configuraciones de menús caseros en cada zona –una entre las numerosas opciones que existen– con el objetivo de comprobar cuánto se ha encarecido el producto principal que forma parte de cada una de sus recetas.

Para ello se ha tomado como referencia el precio por kilo de dichos insumos, tomando como base de la comparativa los precios publicados en los catálogos de supermercados de ámbito nacional en diciembre de 2021 y diciembre de 2022. Así se han encarecido los menús de Nochebuena en España, comunidad por comunidad, del que más sube al que menos.

La Comunidad Valenciana es una de las regiones más ricas en producto de España. Sus menús navideños dan buena muestra de ello con mariscos protagonistas como el langostino de Vinaroz o la gamba roja de Denia. En su recetario tradicional se encuentran platos como el 'esgarraet' de bacalao –una suerte de ensalada fría con este pescado en salazón, pimientos rojos asados y un aliño de aceite de oliva y ajos–. Como en el resto del Levante, es frecuente que a la mesa lleguen caldos como su sopa de pelotas de Navidad y asados como la pavita rellena. Los turrones, uno de los productos que más se han encarecido respecto a las navidades pasadas, son santo y seña de esta comunidad autónoma.

La Comunidad Foral de Navarra lleva a la mesa marisco, como en muchas otras zonas de España. Cuenta con una huerta de invierno privilegiada que llega a los platos de Nochebuena con representantes tan ilustres como el cardo y la borraja. En los principales, el gorrín (cochinillo) del Baztán –con razas autóctonas como el Pío Navarro en recuperación– marca la diferencia en los asados familiares. Frutas pasificadas y turrones ponen el broche dulce a las fiestas.

Cataluña tiene unas arraigadas costumbres culinarias en las fiestas navideñas. Entre otras, no suele faltar en las mesas de Nochebuena domésticas la sopa de 'galets y carn d'olla' –una sopa con pasta rellena de carne– que se sirve junto a otros clásicos como los canelones o los asados de pollo del Prat o 'gall dindi' (pavo). El marisco también está presente –con gambas rojas de Palamós, por ejemplo–. Existe también una importante tradición turronera y postres típicos como las 'neulas' (barquillos).

La Ciudad Autónoma de Melilla tiene en su recetario navideño algunos clásicos como los pasteles rellenos de marisco, la sopa de picadillo –huevo y jamón– o el calamar relleno, principal en muchas de las mesas melillenses. Turrones y mantecados endulzan la cena de Nochebuena.

La Región de Murcia, uno de los paraísos gastronómicos de España, lleva a sus mesas por Nochebuena recetas tradicionales como el pulpo al horno. El cefalópodo suele ser acompañado por otra de las sopas de pelotas –en este caso de pavo– que reinan en el Levante. Otras de las recetas navideñas por antonomasia es el conejo al ajo cabañil y, en lo dulce, las tortas 'de recao' o 'del conde' con almendra.

Canarias comparte con Murcia la tradición extendida de llevar pulpo y marisco –generalmente en salpicón– a la mesa junto a otras viandas regionales como las papas –con sus célebres mojos– y quesos canarios. La carne predilecta es el asado de pata de cerdo. En los postres no faltan las truchas dulces, nombre que reciben en el archipiélago las empanadillas.

Galicia es sinónimo de buen marisco. Algunas de sus mejores piezas acaban en la mesa de Nochebuena junto con recetas caseras como el bacalao con coliflor o el capón de Villalba relleno. En las casas sigue habiendo tradición de hacer filloas y torrijas de vino, que allí se toman en estas fechas frente a la costumbre extendida de Semana Santa.

Aragón sigue fiel a sus costumbres navideñas de llevar al plato recetas emblemáticas como el cardo con almendras o el ternasco –con Indicación Geográfica Protegida propia–. En los aperitivos opta por el jamón de Teruel y en los postres no suele faltar el guirlache que allí hacen.

Las Islas Baleares median la tabla de las comunidades autónomas que más han visto encarecer sus menús de Nochebuena siguiendo los criterios ya mencionados. Su recetario navideño engloba platos como los 'galets' rellenos de carne con caldo –muy similar a los de Cataluña– y recetas específicas de algunos municipios como la sopa de Navidad de Deià. También se cena calamar relleno, asado de 'porc negre' (cerdo negro) o el contundente 'sofrit pagès'con carnes de cordero, cerdo y pollo. En los dulces, algunas casas de Ibiza mantienen la tradición de la 'Salsa de Nadal'. Un curioso postre con almendras, huevo, especias y caldo de carne.

La Rioja lleva a su mesa de Nochebuena algunas de las joyas de la huerta como el cardo, que sirven con bechamel y almendras. Otros clásicos de esta cita navideña es el bacalao a la riojana –en salsa de pimiento y tomate– y el cabrito asado frente a la costumbre más extendida del cordero. Si hay que destacar un dulce navideño es el mazapán de Soto.

En Castilla-La Mancha el consumo de pescado y marisco –por ejemplo en sopa– está arraigado en fechas festivas como la Nochebuena. Estos productos del mar se suman a otros más propios de la tierra como el queso en los aperitivos, el cordero –rey de los asados–, el cochinillo o la carne de caza, en plena temporada. Entre otros dulces destaca el mazapán de Toledo, todo un icono más allá de la Navidad.

Extremadura es tierra de dehesas y, por ende, de alguno de los mejores jamones ibéricos de España. No falta en la mesa de Nochebuena, como tampoco lo hace alguno de los quesos que hacen célebre a este lugar –la torta del Casar o la de la Serena, entre otros–. Ni recetas únicas como el 'zorongollo' –una ensalada típica de tomates y pimientos asados con huevo duro– o el bacalao al estilo Yuste –desmigado y con puré de patatas–. La caldereta de cordero es otra de las recetas emblemáticas, como en lo dulce, sus perrunillas.

La ciudad autónoma de Ceuta replica conceptualmente el menú más extendido por España para las fiestas navideñas: marisco, pescados al horno, asados de carne –es su caso aves como el pavo o el pollo– y dulces típicos como los turrones y los mantecados.

Cantabria cuenta con un recetario popular con recetas recurrentes en Navidad como los caracoles a la montañesa. Además, en la mesa de los cántabros no falta el marisco y el pescado –en sopa o al horno, por ejemplo la lubina– que les ofrece el Cantábrico ni los pollos picasuelos que guisan para la cena de Nochebuena. Como en Galicia, existe la costumbre de tomar torrijas de postre que reciben el nombre de 'tostadas'.

La Comunidad de Madrid es una región natural de acogida que ha ido tomando, de aquí y de allá, muchas de las cosas que hoy marcan su tradición. En Nochebuena, lo más habitual es llevar marisco a la mesa. Junto con la lombarda –rehogada con pasas y piñones–, la ensalada de escarola y granada también está presente. Cordero asado y besugo son sus dos principales más recurrentes. En las casas más tradicionales se sigue sirviendo sopa de almendras como postre.

Castilla y León cuenta con otra de las zonas dedicadas al jamón ibérico más importantes de España: Guijuelo. De este pueblo salmantino salen buena parte de las patas que acaban estos días loncheadas en sus casas. Como en otras partes del norte, hay tradición de comer cardo –el rojo de Ágreda es una delicia–. También es tierra de corderos y los lechazos llegan a muchos de los menús caseros. En Tordesillas elaboran unos de los mejores polvorones del país.

El País Vasco es uno de los lugares donde la tradición gastronómica está arraigada a las celebraciones familiares. Estos días navideños es costumbre comer caracoles a la vizacaina, txangurro, sopas como la porrusalda –de puerros–, besugo asado y postres como la 'intxaursaltsa' –una crema de nueces–.

Andalucía cierra el círculo del mundo ibérico con sus jamones y el paraíso de Jabugo (Huelva). Además de este entrante y, según las zonas, en Nochebuena se sirven recetas como el consomé, el gazpachuelo malagueño o los huevos rellenos –muy típicos entre los sevillanos–. También se asan pavitas y corvinas. Y, en los postres, no faltan los polvorones de Estepa.

Asturias lleva a sus mesas propuestas sencillas, con el pescado como protagonista en los entrantes –la sopa no suele faltar– y el 'pixin' (rape) en los principales. A ello se suma, en algunas mesas, el pote asturiano de berzas, el cordero 'con patatines', los tortos rellenos de picadillo, una gran variedad de quesos y los 'frixuelos' o las 'casadielles' –una especie de empanadilla frita dulce– en el postre.

Cada región de España tiene una identidad culinaria propia, con productos y recetas, que marcan el coste de los platos reflejados en esta información. Opciones posibles dentro de muchas otras que no quedan reflejadas en este artículo pero que demuestran, que según la configuración de estos menús, la inflación ha llegado a todos los rincones del país con diferencias notables.