Cabaña Marconi, un jardín secreto con alma sueca en Alcobendas

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Laura Pintos

El nuevo puesto del chef Roberto Foronda permite probar su ya icónico ceviche de mejillones y otros platos de cocina chifa en formato a la carta y sin reserva previa

En su restaurante, Marcos Olazábal Janson prepara la comida que forma parte de su historia vital o que ha heredado de una parte de su familia, de origen nórdico. Así es que en este local un poco escondido de El Encinar de los Reyes es posible encontrar las auténticas albóndigas suecas con puré de patatas (15 euros) que una gran cadena popularizó en una versión mucho menos cuidada que esta. También los tradicionales arenques suecos (15) o el salmón marinado con salsa de eneldo (19).

Su casa constituye un rincón íntimo y acogedor donde se pueden tomar más platos ligados a su memoria, como la foundue de queso (14 por persona) y la raclette (15 por persona), los parisinos mejillones a la crema con patatas fritas (16) o la milanesa de ternera blanca (20) o tres quesos (19), todos perfectos para compartir.

En su carta bastante extensa y variada hay asimismo ensaladas, pastas, pescados y carnes como stroganoff de solomillo con arroz (25), solomillo a la plancha con salsa gorgonzola o de champiñones (28), steak tartare (25) o roast beef con puré de patata y cebolla caramelizada (20).

Su propuesta de vinos recorre el país de norte a sur, además de incluir cavas y jereces. En los postres hay igualmente unas cuantas opciones, con una buena parte de ellos de elaboración propia, como los panqueques típicos austríacos kaiserschmarrn (14, para dos o tres personas), tiramisú (7) o crepes de dulce de leche (7).