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En la carretera

¿Por qué paran en este restaurante de Tarancón los madrileños cuando vuelven de la playa por la A-3?

Hay que desviarse, atravesar un polígono industrial y vencer los prejuicios para sentarse a la mesa. Su chuleta de raza Ayrshire lo ha convertido en un lugar de peregrinación. Así es Essentia

Entrada al restaurante Essentia de Tarancón ABC
Adrián Delgado

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Para sentarse a la mesa de Essentia , en su zona noble, hay que atravesar un comedor en el que hay un barullo contenido, el propio de un espacio en el que los trabajadores de la zona y los clientes que han caído allí ... por casualidad (o no) disfrutan de un buen menú del día. A esa sala, a mesa y mantel, le precede un gastrobar . Hay buenas referencias de vinos por copas escritas en una pizarra y una carta que sorprende en mitad del páramo conquense de Tarancón. El mono de trabajo y la corbata del ejecutivo –quien osa mantenerla– se cruzan en la puerta, distancia de seguridad mediante, de este oasis gastronómico que ampara al viajero asfixiado por la terrible canícula. Incluso, en una de sus mesas, un presidente regional apura un trago entre risas y, de paisano –la discreción es también seña de la casa–, con un grupo de amigos. En Essentia hay paisaje y pasaisanaje.

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