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Gastronomía

Lamprea, el lujo incomprendido y escaso del 'vampiro' del mar

Las capturas bajas, asociadas a la ausencia de lluvia, encarecen el precio de un bocado difícil, suculento solo para aquellos que vencen los prejuicios

Lampreas vivas en un restaurante del municipio de Rois
Adrián Delgado

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Comer por los ojos es algo tan inherente al hombre como limitante. El aspecto y la aversión cultural a determinadas formas condicionan el acto primario de alimentarse y ese estadio superior que se ha convenido en definir como ‘experiencia gastronómica’. Esas experiencias solo pueden ser ... buenas o malas si se han vivido. En caso contrario triunfaría siempre el prejuicio. La literatura científica ha formulado preguntas recurrentes en torno a quién sería el primer humano al que se le ocurrió comer algo tan feo –por que así se ha convenido también– e inaccesible a la mandíbula humana como una ostra o un percebe. Esa fealdad subjetiva y cultural es la que hace alejarse a la mayoría de un pez prehistórico, serpentiforme y viscoso, hematófago y parásito como lo es la lamprea . Manjar para pocos, vive estos días su vuelta a las aguas del Bajo Miño , desde el mar, en un año que amenaza sequía y en el que la ausencia de lluvias augura una mala temporada de capturas que apenas acaba de comenzar en la parte más meridional de Galicia.

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