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Crítica

Finca Alfoliz. Mimando el producto

Se trata de una finca de 10.000 metros cuadrados con instalaciones muy cuidadas. Sostenibilidad práctica y no teórica

Sala del restaurante Finca Alfoliz Alberto Díaz
Carlos Maribona

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Acanthum era el único restaurante con estrella de Huelva. Hace un año tuvo que echar el cierre a causa de una desmesurada subida en el alquiler del local que hacía inviable el proyecto. Su propietario y cocinero, Xanty Elías , decidió entonces centrarse en otro proyecto que llevaba perfilando más de cinco años, Finca Alfoliz . Se trata de una finca de 10.000 metros cuadrados, rodeada de pinares, situada en Aljaraque, a pocos kilómetros de la capital onubense, y que era propiedad de su familia. La finca ha sido totalmente reformada para convertirla en un precioso y acogedor espacio gastronómico, con el restaurante en la casa principal, una enorme terraza, espacio para sobremesas relajadas, y una gran huerta donde se crían gallinas en libertad y se cultivan plantas aromáticas, frutas y vegetales que luego se utilizan en la cocina. Todo en ecológico, con instalaciones muy cuidadas. Sostenibilidad práctica y no teórica. Dentro de la casa, dos comedores decorados con recuerdos de la familia Elías. La sensación es la de estar comiendo como invitado de esa familia.

Xanty Elías Alberto Díaz

Si el cambio de espacio ha sido radical, también lo es la cocina. Lo que era una propuesta ‘creativa’ se ha transformado en otra más sencilla y tradicional. No le ha costado mucho a Elías, que es un gran cocinero, esta adaptación. Su cocina siempre ha sido seria y sensata, centrada en el gran producto que ofrece Huelva . En Finca Alfoliz manda esa materia prima, buena parte de ella pasada por las brasas, en algunas ocasiones de forma un tanto excesiva. Fuera de carta, Xanty nos prepara frente a la mesa una ensalada en lebrillo protagonizada por unas unas lechugas recién recogidas en la huerta, frescas, bien crujientes. Les añade queso de oveja, cebolleta, perejil, cilantro y tomates ‘cherry’. Para aliñarla, una emulsión con aceite de oliva, vinagre de manzana, huevo, mostaza y miel. Todo revuelto con las manos en el lebrillo. Estupenda.

Ensalada en lebrillo de Xanty Elías, en el restaurante onubense Finca Alfoliz Carlos Maribona

A partir de ahí, tres de los principales productos onubenses toman el protagonismo. El jamón ibérico de la sierra aparece en un buen tartar de jarrete (16 euros) y también cubriendo una tradicional ensaladilla de gambas (9,50). El choco, con sus huevos a la brasa o en unas cremosas croquetas (16). Y las estupendas gambas blancas de Isla Cristina , también pasadas por el Josper (23), en este caso con un exceso de humo. Seguimos con un sobresaliente rodaballo (65 el kilo) capturado en las ricas costas de Huelva. Hecho en la parrilla, con su pilpil. Una pieza de calidad, bien cargada de grasa. No están nada mal los postres, especialmente el cremoso de limón con merengue tostado y helado de pino (6,50) y la tarta de chocolate (6,50). Finca Alfoliz cuenta con un buen equipo de sala y una bodega atractiva con presencia de los vinos del Condado de Huelva.

Finca Alfoliz

Dirección : BA-492, kilómetro 6,5. Aljaraque (Huelva). Tel. 959 245 135. www.fincaalfoliz.com. Cierra lunes y noches de domingo, martes y miércoles. Terraza. Lo mejor: La materia prima. Precio medio: 60 euros. Calificación: 7,5.

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