Cócteles en casa: todo lo que debes saber

El mueble bar

Si cierro los ojos todavía soy capaz de visualizar el mueble bar de mi casa en Zaragoza. Me fascinaban los vasos, las cucharas y las sombrillas de papel. Tenía destilados de todo tipo, pero mi favorita, sin duda, era la botella de cristal tallado que contenía anís. Recuerdo a la perfección el placer que me producía oler el tapón. Si hay un rincón que me atraiga de las casas, además de las cocinas, es ese. Son magnéticos. No es necesario tener un gran mueble bar darse un capricho y tener un gran recurso para sobremesas largas o visitas inesperadas.

Utensilios

El utensilio por antonomasia en coctelería es, obviamente, la coctelera. Es un accesorio simple que consta de todo lo imprescindible: un recipiente alto para mezclar y una tapa con colador incorporado donde se encaja un pequeño tapón que también puede servir de vaso medidor. De todas formas, si un día tenemos un momento de inspiración y no tenemos una a mano, podemos utilizar un bote de cristal con su tapa, por supuesto, previamente lavado. Otro básico es el vaso medidor o jigger, un accesorio que agiliza mucho la preparación de nuestros cócteles. Si no disponemos de uno y tenemos báscula de cocina, podemos pesar las bebidas como hacen en muchos bares de Estados Unidos.

El colador de gusanillo no es imprescindible, por supuesto podemos utilizar un colador normal, pero puede significar un salto de nivel en nuestros cócteles. Si es el primero, no tiene que ser de Bottesi, el artesano afincado en España por el que matan todas las coctelerías del mundo. Con uno simple bastaría.

Por último, la cuchara coctelera, con su mango largo y en espiral, cerraría los básicos, pero también puede ser sustituida por una cuchara con mango largo simple.

La cristalería

La vajilla depende mucho del espacio que tengamos y del tipo de cócteles que nos gusten. Si tenemos una clara preferencia, optaremos simplemente por vasos cortos o copas Pompadour, pero a la larga es mejor tener un poco de variedad. La práctica y la afición irá haciéndola crecer. Por ejemplo, si nuestro cóctel estrella es el Moscow Mule, conviene tener tazas de cobre. Los vasos Tikis, creados a raíz de la corriente fundada por Don the Beachcomber en los años sesenta, están en esa fina línea entre el horror y la genialidad. Quizá dependa de cuántos cócteles hayas bebido.

Ingredientes

Un inciso, antes de especificar los ingredientes de cualquier cóctel: la coctelería es una cuestión de equilibrio. Nunca conviene un cóctel demasiado potente ni demasiado dulce. Deben ser agradables y comedidos. Siempre es mejor tomar un par de ellos que saturarse y embriagarse con el primero. La presentación y los aromas también son fundamentales, así como el uso del hielo y la refrigeración de las copas.

Siropes

La clave del éxito son los siropes caseros, si nos aventuramos a hacerlos, nuestros cócteles serán auténticas obras de arte merecedoras de elogios y nuestras amistades nos querrán más que nunca. Es mucho más sencillo de lo que parece, tan sólo necesitamos agua y azúcar. Para elaborar un sirope básico basta con calentar 100ml de agua sin que llegue a hervir y añadir 100 gr de azúcar moreno o panela. Con el fuego medio, removemos durante 5 minutos, hasta que se disuelva el azúcar por completo y se forme un almíbar. Una vez frío, lo traspasamos a una botella con la ayuda de un embudo. Se puede conservar durante un mes y medio refrigerado. A partir del sirope básico podemos innovar añadiendo en el cazo todo tipo de opciones: jengibre, pimienta negra, anís estrellado, vainilla... Bastará con colarlo antes de guardarlo en la botella.

Salmueras

Las salmueras funcionan muy bien con cócteles dulces, ayudando a rebajar la sensación de dulzor, pero con los de mayor potencia puede aumentar la sensación. Por supuesto tenemos en mente aceitunas, alcaparras y pepinillos, pero también podemos probar con el líquido de una lata de berberechos. Imaginación al poder.

Cítricos

Los zumos han de ser siempre naturales y recién exprimidos. La mezcla sour básica es una cucharada de zumo de limón y una cucharada de zumo de lima, pero puede incluir sirope y clara de huevo. También podemos utilizar otros cítricos que tengamos en casa o que sean más de nuestro agrado, como el pomelo o las naranjas sanguinas.

Agitado, pero también revuelto

Llega la parte más ansiada, y la más divertida. Agitar un cóctel no sólo sirve para enfriarlo, también emulsiona los ingredientes y diluye la mezcla lo suficiente para suavizarlo. Una vez introducidos los ingredientes en la coctelera añadimos tres cuartas partes de hielo. El agitado debe ser vigoroso, sosteniendo la coctelera en horizontal, durante 10 o 15 segundos, hasta que esté frío tanto el exterior como el interior. Sin embargo, algunos cócteles no precisan de coctelera. Simplemente se añaden los ingredientes en un vaso mezclador o vaso Boston, se cubren con hielo y se remueven con la cucharilla mezcladora durante unos 30 segundos aproximadamente.