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Belén Rodrigo

La ausencia de la escuela presencial durante los meses de confinamiento está pasando especialmente factura a aquellos alumnos que por distintos motivos necesitan algún tipo de refuerzo para acompañar el curso. Y aunque se haya vuelto a las aulas, las distintas medidas restrictivas para evitar los contagios dificultan también la materialización de algunos de esos apoyos. Además, el desigual acceso a Internet y a las TIC entre los alumnos repercute también en los resultados académicos.

Los colegios se han encontrado este año con alumnos en muy distinta situación. No todos asimilaron la materia de igual forma durante los meses de enseñanza online y tampoco todas las familias tienen los mismos recursos para que sus hijos acompañen las clases si se produce un confinamiento o se alargan los modelos semipresenciales. Está resultando un año más difícil para todos, alumnos, profesores y padres, y preocupa el tiempo que se puede prolongar esta situación que impide trabajar con los recursos habituales.

«La presencialidad de las clases es fundamental, no es intercambiable por la educación online», comienza por recordar Javier García Cañete , director del programa Educación Responsable de la Fundación Botín. «La brecha digital preocupa a los profesores, y se amplía con la brecha social. Muchas veces no hay alternativas a la enseñanza cuando los niños están confinados. La parte digital exige que alguien esté con ellos y muchos padres no saben o no pueden . Y si nos vamos a zonas rurales, debemos añadir los problemas de conexión», matiza.

El factor tecnológico es clave. Según la última encuesta del INE sobre el uso de la tecnología, del año 2019, más de un 10% de los menores de 15 años no tenía acceso a un ordenador en casa . Según Unicef hay 300.000 niños que no pudieron tocar un ordenador durante los meses de confinamiento.

García Cañete reconoce que si esta situación se prolonga mucho en el tiempo existirá un problema real en las escuelas que no logran seguir el ritmo y se deberá tomar una solución. La Fundación Botín cuenta con un programa en el que trabajan con 500 centros educativos, en nueve regiones españolas, tanto públicos, como concertados y privados. «Los centros nos cuentan que este año se tiende a bajar el listón, se está exigiendo menos porque los alumnos con menos conocimiento o base lo están pasando peor . Preocupa que esta situación se prolongue».

En su opinión, habrá que buscar dinámicas para recuperar lo que los alumnos no han podido hacer. «Quizás en la temporada de verano, pero bien pensado para no cargar a los docentes y sin olvidar que todos tienen derecho al descanso. Podemos ayudar desde otras instituciones para que nadie se quede atrás», puntualiza. En la Fundación Botín, por ejemplo, generaron durante el confinamiento mucho contenido para que las familias pudiesen trabajar con los hijos en casa. Uno de los aspectos que creen más importante es el de «trabajar miedos e incertidumbres de los niños».

El papel de la familia

«En las familias es necesario una toma de conciencia de nuestros roles porque los niños con necesidades educativas especiales necesitan más apego, más comprensión y tolerancia», indica Pedro Santamaría Pozo , coordinador del seminario de Psicopedagogía del Colegio Oficial de Doctores y Licenciados. Es el momento de activar los mecanismos internos para tener con ellos un diálogo positivo que les refuerce . «Es normal que tengan una baja tolerancia a la frustración y necesitan un mundo seguro», añade. Santamaría reflexiona también del daño que la pandemia está haciendo a cualquier tipo de inteligencia, no solo la del conocimiento. «Se debe transmitir que se pueden trabajar otras áreas emocionales. Esos niños más sensibles se deben sentir queridos», resalta. En un contexto amenazador, con restricciones que impiden algunas actividades para los alumnos con necesidades, «hace falta una mayor conexión con la familia y humanizarnos más», resalta el psicopedagogo.

Apoyos oficiales

Desde las Comunidades Autónomas se han proporcionado distintos medios para combatir este tipo de desigualdades en la enseñanza. En el caso de la Comunidad de Madrid, por ejemplo, ha destinado este curso más de 23,4 millones de euros para las actuaciones de refuerzo escolar y extraescolar en Primaria y Secundaria . La Consejería de Educación indica que al comienzo de curso la plantilla aumentó con 500 maestros en Primaria para dar apoyo al alumnado y al profesorado en horario lectivo. «A través del Programa Refuerzo Extraescolar 2020, se organizaron 1.000 grupos de refuerzo en casi 600 colegios públicos atendiendo hasta 15.000 alumnos», destacan desde la Comunidad de Madrid. Además el Ejecutivo madrileño ha invertido 33 millones de euros para la compra de dispositivos informáticos para colegios e institutos de la región.

Si bien es cierto que se estas ayudas materiales y de personal han llegado, la realidad de los colegios es muy diferente. En algunos centros consultados por ABC indican que el montante económico recibido lo han destinado en reforzar el servicio de comedor para garantizar la seguridad de los alumnos y evitar los contagios.

En otros casos, las clases de refuerzo fuera del horario escolar no se han podido llevar a cabo porque no es posible juntar a distintos grupos burbuja. En una situación tan excepcional se está dando prioridad a la salud de los alumnos . También vemos muchas diferencias cuando se analizan los recursos tecnológicos que tienen los centros y sus alumnos.

Según la investigación «Panorama de la educación en España tras la pandemia de COVID-19», realizada por Educación Conectada (proyecto del BBVA y FAD), no contar con la formación para la enseñanza a distancia o híbrida (presencial y online) preocupa a siete de cada diez docentes (69,3%). Por su parte, el 68% de las familias se muestran preocupadas por la gestión de la docencia presencial y a distancia de manera simultánea o alternativa . Desde Educación Conectada se han puesto en marcha en los últimos meses diversas acciones para contribuir a la transformación digital del sector educativo. Acciones de formación de cara a la transferencia de conocimiento de expertos en la materia, la visibilidad de buenas prácticas de centros escolares en diferentes fases de transformación y un paquete formativo en competencias digitales para los equipos directivos de los centros, docentes y familias.

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