El clásico se renueva para seguir siendo el primero de la clase

«Anteriormente máster era igual a MBA. Y ahora no. Pero si no tienes el MBA parece que no has conseguido la pieza codiciada», valora Rafael Ramiro, director del Programa MBA en la Universidad Pontificia de Comillas. Se trata de un tipo de máster dirigido a la administración de empresas, que desarrolla competencias en ventas, contabilidad, estadísticas, marketing y finanzas, logística y recursos humanos. La tipología de MBA depende de la escuela de negocio en particular.

Ante la constante evolución en el mundo académico surge una pregunta: ¿Sigue siendo el MBA la estrella de los másteres? Para Jorge Martín Beriola, director del MBA con especialización en Finanzas del IEB (Instituto de Estudios Bursátiles), «los MBA son programas generalistas, que es lo que demandan las empresas, pues buscan directivos o mandos intermedios que sean muy heterogéneos, que puedan ser intercambiables en puestos y tener experiencia en distintas áreas».

Contar con un MBA abre puertas, porque este máster en formación empresarial es reconocido en todo el planeta. Incluso en ocasiones es requisito imprescindible para acceder a determinados puestos. Según el «Informe Infoempleo Adecco de la oferta y de la demanda de empleo en España 2021» prácticamente todas las ofertas laborales para puestos directivos que exigen formación de postgrado solicitan un MBA (95,2%). Por materias, los estudios de MBA son especialmente requeridos en las áreas de administración de empresas (55,7% del total de las ofertas); compras, logística y transporte (35,7%); comercial y ventas (34,6%) y marketing, y comunicación y contenidos (21%).

El confinamiento primero y las restricciones sucesivas después por la crisis del Covid-19 han potenciado un modelo educativo online. Esta flexibilidad motiva una cierta ‘democratización’. Por ejemplo, permite que accedan al MBA estudiantes de Hispanoamérica, además con una reducción considerable de las tasas. Pero la presencialidad sigue siendo un valor añadido. «Yo soy un enamorado de la formación presencial –explica Martín Beriola–. La metodología de un MBA consiste en que el alumno da lectura a unos temas, se analiza en el grupo y luego el profesor argumenta y se debaten distintos puntos de vista. Esto solo se puede hacer presencialmente».

Según Ramiro, «un MBA es una experiencia inmersiva donde se va a aprender mucho de la diversidad de los compañeros. La inmersión es mucho más que el contenido y por eso es vital tener un tiempo importante de presencialidad».

El lado positivo de la pandemia es que se ha avanzado en la digitalización, lo que favorece una enseñanza más flexible. Así lo cree Martín Beriola: «Ha cambiado la forma de comunicarse, de trabajar, el análisis de los datos, la manera de extraerlos, de sacar conclusiones».

La consideración general es que los MBA presentan una formación diferencial muy apreciada por el mercado laboral. Lo avala Manuel Clavel, socio de Talengo, consultora dedicada a reclutar talentos para equipos directivos: «Siguen siendo el plato fuerte del menú. Pesan mucho cuando aparece en un currículum».

Observa Manuel Clavel una transformación en los últimos años: «Por un lado, existe mayor oferta de este tipo de programas. Y por otra parte, hay una mayor variedad de perfiles en todo tipo de posgrados». En Talengo buscan personas con un mix de ‘soft skills’ y ‘hard skills’, una combinación de habilidades y formación. Y también tienen en cuenta si el título es ‘online’ u ‘offline’ y el lugar donde se ha cursado. «Porque hay escuelas que tienen mayor reconocimiento de mercado», añade Clavel.

Aunque los estudios de MBA siguen teniendo gran importancia en el CV, su estimación viene dada por la institución donde se realiza. «Junto al título, debe aparecer el programa y la institución donde se cursa. El futuro es la diferenciación entre mucho MBA y las instituciones que ofrecen un producto consolidado”, puntualiza Ramiro.

«Un MBA es una buena tarjeta de visita siempre y cuando sea de una escuela que aporte ciertas garantías de calidad», apostilla David Ruiz de Olano, director de los programas MBA de Deusto Business School.

En tiempos de constante cambio, las escuelas de negocios no lo iban a ser menos. A la modalidad online hay que sumarle la aparición en el mercado de propuestas más cortas y especializadas de másteres entre las que se encuentran las microcredenciales o las llamadas semanas residenciales. ¿Pero compiten con los MBA? ¿Los ponen en peligro?

Ruiz de Olano comenta al respecto: «Han aparecido programas que se llaman MBA, pero exactamente no lo son. Más cortos, más económicos, menos exigentes, pero no MB»”.

Se ha detectado que algunas empresas consideran el MBA necesario, pero no suficiente. Según el último estudio publicado por CarringtonCrisp en asociación con EFMD, en enero de 2022, destaca el creciente interés por los nuevos contenidos de un MBA que cubran la gestión responsable, el liderazgo ético, los desafíos globales, la diversidad, la igualdad y la inclusión.

Ante eso, las escuelas de negocios renuevan sus propuestas. Pero el horizonte sigue siendo halagüeño. Según Ruiz de Olano, «el MBA va a seguir existiendo. Se adaptará, evolucionará, tanto en contenido como en formato. Como en cualquier mercado que hay mucha oferta, algunos morirán y los que tengan calidad seguirán existiendo. El mercado decidirá los que se mantienen y los que no. Y los que tengan calidad continuarán».