Los alimentos que debes incluir en la dieta de tus hijos para combatir el frío

En segundo lugar, los ambientes fríos son el aliado perfecto para la proliferación de virus respiratorios como el del resfriado común. Si a todo ello sumamos que en épocas frescas pasamos mucho más tiempo en espacios cerrados, se incrementan aún más las posibilidades de contagio entre personas.

Elena Toledano, nutricionista del equipo de Roots Mindfoodness, explica qué alimentos pueden ayudar a cuidar y proteger el sistema inmune contra el frío y contribuir a blindarlo ante las agresiones patógenas que acometen con las bajas temperaturas.

Aunque es verdad, reconoce esta experta, que no existe una dieta ni alimentación ideal para mejorar el sistema inmune y combatir el frío, «sí se ha visto que el seguimiento de una alimentación adecuada y suficiente ayuda a reforzar el sistema inmunológico que nos protege de las bacterias, virus y otros organismos patógenos comunes en época de bajas temperaturas».

De hecho, recuerda Toledano, «son muchos los estudios que demuestran que una dieta no sólo de calidad sino suficiente, refuerza el sistema inmunológico«. Asimismo, prosigue esta experta, »una dieta baja en grasas también favorece la salud del sistema inmunitario. Pero no sólo es importante la cantidad, sino también la calidad de estas grasas. Por ese motivo conviene incluir en la dieta de los menores alimentos con omega 3 como el pescado azul, frutos secos, aceite de oliva virgen extra, semillas, aguacate y huevo, para asegurar un aporte equilibrado de diferentes grasas esenciales para la salud«.

Por otra parte, sugiere esta nutricionista, «un consumo regular de lácteos fermentados como yogur o kéfir contribuye, asimismo, a aumentar las defensas inmunológicas de los niños en casa. Hay estudios que demuestran que quienes consumen estos alimentos de forma regular presentan un mejor estado del sistema inmunitario además de una mayor resistencia a intoxicaciones alimentarias en los más pequeños«.

Las frutas y verduras, insiste Toledano, «conforman los dos grupos alimentarios que más nos protegen ante ataques a nuestro organismo por ser ricas en vitaminas, minerales antioxidantes, fibra y agua. Asegúrate de que tu peque coma, como mínimo, 5 raciones al día entre fruta y verdura. Si es más, mejor que mejor«.

¿Qué debemos evitar? «El consumo diario de alimentos ricos en azúcares simples, como el azúcar, mermelada, miel, zumos de fruta, bollería, galletas…; las grasas, las grasas saturadas industriales: bollería, alimentos precocinados, el 'fast food'…; el exceso de carne procesada (embutidos, fuet, longaniza, chorizo…). Todos estos grupos actúan como proinflamatorios y favorecen un empeoramiento de las defensas de nuestros peques (y de las nuestras)«, apunta.

De hecho, Toledano también remarca que «es recomendable evitar el estrés porque, aunque no lo parezca, los peques también pueden experimentar emociones difíciles de gestionar en su crecimiento; evitar dietas inadecuadas y radicales, sin prohibir alimentos ni categorizarlos como buenos o malos, mantener un adecuado descanso de al menos 8-9 horas y mantenerles activos haciendo actividad física a diario, ¡especialmente con ejercicio de fuerza!«.