Creencias y mitos erróneos a la hora de tomar el sol

La primera recomendación va dirigida a los pies . Durante el verano con el uso de calzado de piscina y sandalias dejamos al aire los empeines pero olvidamos el uso de protección en esta zona del cuerpo, cuya epidermis suele ser bastante sensible. Estas quemaduras provocan un gran trastorno ya que generan dolor a la hora de caminar y molestias a la hora de calzarse, por lo que debemos recordar siempre aplicar la protección también en esta zona.

En cuanto a las prendas, es muy importante ser conscientes de que la ropa no protege frente a la radiación solar . En los últimos años se han desarrollado materiales textiles que incluyen esta protección, habitualmente pensados para la práctica deportiva durante el verano. Para evitar quemaduras, incluso con ropa, debemos aplicarnos la protección solar por todo el cuerpo antes de vestirnos y repetir el proceso en caso de bañarnos en la playa o piscina. Una advertencia imprescindible, especialmente en relación a los niños que, por sus hábitos de juego y actividades, suelen estar más expuestos al sol.

Reme Navarro, co-fundadora, consejera Delegada de Mifarma y experta en farmacéutica, recuerda que «aunque se pongan en marcha todas las recomendaciones frente al sol, si no cuidamos nuestra piel los 365 días del año, durante el verano puede sufrir innecesariamente debido a la mayor exposición solar y al agua». Para evitarlo, debemos seguir una rutina básica diaria de cuidado de nuestra piel centradas en la limpieza facial, una correcta hidratación con factor de protección y una alimentación saludable basada en la dieta mediterránea que incluya un importante porcentaje de frutas y verduras. «En este sentido -continúa Navarro- es importante que todos conozcamos a la perfección cómo es nuestra piel para que podamos utilizar los productos ideales para cada uno ».

«Esta es la época de máxima exposición a las radiaciones solares, por lo tanto, nuestros mayores y pequeños deben seguir unas indicaciones especiales debido a que sus pieles son más frágiles y, por lo tanto, más vulnerables», indica esta experta.

En el caso de los mayores , continua Navarro, «hay que tener en cuenta que se trata de una piel más seca y con menos elasticidad , lo que facilita la aparición de lesiones e infecciones. Si desean exponerse al sol, recomiendan que lo hagan a partir de las 17 horas y completen su protección con fotoprotectores orales formulados a partir de productos naturales, que promueven la generación de vitamina D».

Por otro lado, en el caso de los más pequeños , se recomienda evitar la exposición al sol a los menores de tres años, y a los que son algo más mayores, protegerse con ropa, y utilizar productos especiales indicados para ellos, sin alcohol y resistentes al agua. Además, hay que volver a aplicar el protector solar cada dos horas e hidratarles de forma constante.

Lo ideal a la hora de tomar el sol es hacerlo durante periodos cortos de tiempo y alternando las exposiciones al sol con baños. Los especialistas recomiendan utilizar los baños para hidratar nuestra piel y disminuir su temperatura de forma rápida; además al estar en movimiento se evita que el efecto sea demasiado intenso .

De igual manera cabe destacar la importancia de estar bien hidratados y en alguna de esas pausas aprovechar para volver a aplicarnos protección solar. Es importante resaltar que «una excesiva exposición solar puede provocar el envejecimiento prematuro de la piel, la aparición de manchas y verrugas prematuras y, en última instancia, cáncer de piel », recalca.

Además de evitar la exposición directa al sol , especialmente durante los picos de mayor intensidad de rayos ultravioletas que se producen entre las 12 y las 16h, es importante cuidar ciertas zonas de nuestro cuerpo.

Reme Navarro incide en la necesidad de usar protector labial de manera recurrente. Las quemaduras en los labios provocan que la piel se seque y cuartee y genera una sensación de escozor y rigidez que puede llegar a afectar a la hora de comer y beber.

A pesar de todas estas recomendaciones puede que, por algún despiste, podamos sufrir quemaduras . Por este motivo los especialistas sugieren acudir al médico en caso de ser una quemadura grave .

En caso de que se traten de quemaduras de sol de segundo grado , aparecerán ampollas , unas lesiones que deben ser cuidadas escrupulosamente limitando tocarlas al máximo, solo para su correcta limpieza y aplicación de los tratamientos .

Si se trata de una más superficial , lo ideal es bajar la temperatura de la piel con agua fría, y al tomar una ducha, no secar toda el agua de la piel para favorecer su hidratación. A partir de ahí, aplicar un buen aftersun o cremas a base de aloe vera, además de beber mucha agua ; el tiempo que tarda una quemadura en curarse puede variar, pero normalmente oscila entre 3 y 5 días .

Habría que recordar que « las cremas son imprescindibles a la hora de tomar el sol , pero para evitar las negativas consecuencias de la sobrexposición a la radiación solar, el mejor remedio es hacerlo de forma moderada» concluye.