Este plan de 28 días depura tu organismo

Berger propone cuatros semanas para depurarnos: la primera para limpiar el intestino, la segunda el hígado, la tercera los riñones y la cuarta la sangre y los pulmones. Con ello se consigue un vientre plano, un cutis más luminoso, reducir la celulitis, un pelo más brillante, más fuerza en las uñas, eliminar la sensación de cansancio... hasta mejorará el estado de ánimo y se bajarán unos cuantos kilos.

Presenta menús para cada día, tisanas, recetas y explica por qué son buenos los alimentos, así como sus valores nutricionales y propiedades. El libro ofrece consejos muy prácticos, por ejemplo en qué momento del día es mejor tomar un té. Pero no todo se basa en la alimentación. La autora también tiene en cuenta otros factores que ayudan a mejorar nuestro organismo, entre otros el estrés. Para combatirlo, recomienda ciertos tipos de masajes, trucos como baños de plantas relajantes, ejercicios de respiración, aceite esenciales... En este libro, también se explican ejercicios para tonificar el cuerpo.

Las ocho reglas básicas del intestino : consumir todos los días fruta, verdura y cereales integrales, pero en pequeñas raciones. Evitar las comidas totalmente verdes, demasiado ricas en fibras, que podrían irritar al intestino. Evitar las comidas demasiado copiosas. Abstenerse de comer dulces y grasas animales. Disminuir el consumo de lácteos. Comer despacio, dedicando tiempo a masticar. Evitar las situaciones estresantes y aprender a respirar. No tomar licores fuertes. Alimentos beneficiosos: brócoli, pimiento rojo, col, boniato, berenjenas y manzanas.

Siete consejos para limpiar el hígado: proceder de manera gradual, evitando los regímenes depurativos demasiado violentos. Disminuir el consumo de café. Evitar los excesos de alcohol. Adoptar horarios regulares para dormir. Si duele la cabeza, quizá esté relacionado con el hígado. Moderar el consumo de productos grasos y azucarados. Esconder la tableta de chocolate. Alimentos beneficiosos: alcachofas, zanahorias, tomates, judías verdes y puerros.

Lo que le gusta a los riñones: limitar el consumo de sal. Beber con regularidad agua o infusiones, sin exceso. Inhalar aire puro: además de ser tóxico para los pulmones, la nicotina y los productos químicos contenidos en el tabaco también son tóxicos para los riñones. Dar preferencia a las verduras con respecto a la carne. Evitar los medicamentos cuando no se está realmente enfermo (a los riñones les cuesta a veces eliminar todos esos residuos). Evitar los regímenes proteicos excesivos y desequilibrados que acumulan toxinas que tiene que drenar el riñón. Alimentos beneficiosos: calabacín, diente de león, cebollas rosadas, espárragos y pepino.

Seis trucos para eliminar toxinas de la sangre y los pulmones: tomar aire de forma regular, como mínimo media hora al día. Caminar deprisa a modo de ejercicio. Evitar el consumo excesivo de grasas animales y comer golosinas. Abstenerse de los aperitivos tipo patatas fritas y galletas saladas. En su lugar, optar por los tomatitos cherry. Dar preferencia al aceite virgen de primera prensada en frío. Variar los sabores: nuez, avellana, oliva... Alimentos beneficiosos: espinacas, castañas, melón, nabos, remolacha y aguacate.