Parejas asimétricas, cuando impera el síndrome del jefe y el empleado
Ocurre cuando en una relación, uno de los dos tiene más poder sobre el otro miembro de la pareja. Estas son sus causas y soluciones
El principal comportamiento que destruye las relaciones de pareja
Madrid
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Iniciar sesiónEn todas las relaciones humanas circula poder, tanto en el trabajo como dentro del grupo de amigos y, aunque a algunas personas les cuesta aceptarlo, también ocurre dentro de la pareja, se tengan 20, 40 o 60 años.
Según Sebastián Girona, psicólogo especialista en vínculos ... , es lo que se denomina como parejas asimétricas en las que hay un síndrome del jefe y el empleado dentro de la relación: «uno de los dos tiene más derechos y menos obligaciones que el otro, es así como se configura la asimetría».
Este experto explica a ABC que este tipo de relación jerárquica «se va gestando de forma silenciosa. Al principio, la relación suele ser siempre equitativa pero en función de los rasgos de cada uno se va creando una brecha de poder en la que uno de ellos se sitúa por encima del otro».
Añade que «el malo de la película suele ser aquel que está más arriba en la relación y decide a qué colegio enviamos a los niños, dónde nos vamos de vacaciones o en qué barrio vivimos. Sin embargo, la ecuación no es tan sencilla: el que está más abajo, también tiene mucha responsabilidad en que esto suceda y se sostenga en el tiempo, puesto que decide entregar el poder a la pareja debido a que le resulta más cómodo ceder y, por ello, asiente cuando el otro toma las decisiones importantes porque así se evita esta responsabilidad y, al mismo tiempo, no genera conflictos».
En su opinión, una relación jerárquica se produce, en primer lugar, por la referencia de pareja que tiene cada uno y que ha recibido por parte materna y paterna, lo que puede llevar a reproducir los mismos modelos; a la creencia propia de cada uno sobre lo que es una relación de pareja; a la mochila emocional de cada uno de los miembros de la pareja y que condicionan el vínculo y, por último, a los rasgos propios de la personalidad.
Este experto asegura que no existe ninguna pareja que sea igual en todo momento porque si lo fueran el vínculo sería muy rígido. «Entre ambos se genera un contrato abstracto que se firma en los primeros tiempos de la relación. Cuando el que está en la posición de inferioridad se siente más incómodo y pide una revisión de ese contrato y cambiarlo, es cuando se suele generar una crisis de pareja, que en algunos casos puede llegar a la ruptura porque suelen estar establecidos los roles y flexibilizar la situación es complicado. Lo que hace más sana la relación es que exista cierta flexibilidad entre ambos».
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Para lograrlo, Sebastián Girona recomienda generar muchos momentos de comunicación «que es el oxígeno de una relación. de esta forma será más sencillo que los dos se sientan escuchados y comprendidos para que tanto el que esté arriba como el de abajo logren encontrar un punto intermedio. El riesgo en este proceso es que se den cuenta de que en la relación la pareja está a kilómetros de distancia y no hay forma de acuerdo. Lo que es importante para el vínculo es que exista un proyecto de pareja que nos unifique y, al mismo tiempo, un proyecto propio, que nos enriquezca al mismo tiempo de forma individual. No obstante —matiza— la pareja cien por cien equilibrada no existe, va variando según avanza la relación y las circunstancias».
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