¿Por qué es tan difícil a veces llevarse bien con los suegros?
Mito o realidad
Las vacaciones propician que muchas parejas pasen unos días con la familia política, lo que puede suponer un verdadero suplicio para la relación
«Las suegran pierden poder cuando las nueras dejan de dárselo»

Muchas parejas deciden en sus vacaciones pasar unos días con sus respectivos padres en el campo o la playa. La idea a veces puede suponer una verdadera tortura para el miembro de la pareja si no se lleva bien con sus suegros. Pero, ¿por qué es tan difícil en ocasiones congeniar con ellos? ¿Es más un mito o una realidad?
Según Aroa Ruíz, psicóloga colegiada y experta en Inteligencia Emocional en el IEPP, por algún motivo, posiblemente cultural, sobre el término suegros «sobrevuelan muchos prejuicios. Y ya si lo desglosamos por sexo —suegro, suegra—, nos pueden venir a la cabeza comentarios jocosos, quejas, chistes y otra serie de ideas preconcebidas, sobre todo alrededor del término en femenino. Este tipo de creencias, por desgracia, están muy arraigadas en nuestra sociedad , magnificando y distorsionando esta situación. Es un mito, y como tal, describe un pensamiento irracional y automático, que puede conducirnos a razonamientos erróneos».
Explica que, por lo general, se habla de las situaciones conflictivas que se pueden generar en las familias por los suegros y las suegras, con los yernos y las nueras, poniendo el foco del dilema entre dos personas que están políticamente «unidas». «Pero, en realidad, lo que ocurre es que en la mayoría de ocasiones, hay conflictos o desavenencias intrafamiliares no resueltos (por ejemplo, entre una madre y su hijo, cuando éste no pone límites o no mantiene una comunicación clara con ella)».
Otra de las situaciones que pueden darse en la familia es que exista un conflicto de roles, por ejemplo cuando la suegra o el suegro que no se adapta al momento evolutivo de su hijo y le sigue tratando como si fuera un adolescente, cuando ya es un adulto. Por último, esta experta señala que también existen algunas diferenciass porque a veces hay un desequilibrio en el tiempo compartido con una familia en desventaja de la otra».
¿Cómo evitar estas tensiones?
Aroa Ruíz señala algunas recomendaciones para que la convivencia sea pacífica estas vacaciones. Entrenando nuestra inteligencia emocional podemos llegar a aplicar las siguientes habilidades:
—Abrir nuestra mente y revisar nuestras creencias, eso nos ayudará a cambiar nuestra visión sobre los suegros.
—Mejorar nuestras habilidades comunicativas. Cuanto más asertivos seamos, mejor. Es fundamental aprender a expresar nuestros deseos, necesidades y opiniones.
—Dejar los límites claros y negociar.
—Es importante que cada cónyuge explicite unas normas con sus familiares.
—Si detectamos que hay un conflicto y genera malestar persistente, lo recomendable es acudir a un especialista.
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