Las claves de una psicóloga para superar que es él, o ella, quien no puede tener hijos

Esta experta señala que los sentimientos son muy similares a un duelo, en el que se pasan por varias fases: primero se produce un estado de shock porque no lograr un embarazo no entra dentro de los planes cuando es tan deseado y se hacen tantos intentos por lograrlo. Después hay una fase de negación de la realidad y, por último, al darse cuenta de que no es posible les invade la frustración, la rabia, ira…

También es común que aparezca un gran sentimiento de culpa, una tendencia a pensar y buscar causas: «no tenía que haber fumado tanto», «debería haber hecho algo más de ejercicio», «me he dejado llevar por el estrés del trabajo»... «De esta forma, matiza la psicóloga, se produce lo que se denominan atribuciones; es decir, se atribuye el problema de la falta de fertilidad y las emociones se magnifican. Si la afectada es la mujer, nace una tendencia a pensar «no valgo como mujer, soy un fracaso», cuando no es así en absoluto, lo que ocurre es que en una determinada faceta de su vida no puede lograr lo que desea, pero en el resto de ámbitos es una mujer tan valiosa como otra cualquiera».

Por este motivo, insiste Prats, es necesario abordar la situación con mucho tacto y delicadeza dentro de la pareja y, si es necesario, pedir ayuda profesional. «Lo importante es entrar en una fase final de resignación, lo que produce gran alivio al ser conscientes de que la vida continúa y que hay muchas otras facetas en las que desarrollarse como persona».

Lo que ocurre es que, por lo general, la forma de abordar la situación es distinta en el hombre y la mujer. Si es él el causante en la pareja de no poder tener hijos, «lo habitual es que opte por no hablar mucho del tema porque son más pasivos a la hora de expresarse y les suele invadir un gran sentimiento de fracaso a nivel sexual, considerando que su hombría se ha venido abajo e, incluso, tendrá ciertas dificultades a la hora de mantener relaciones sexuales con su pareja».

En estos casos, la mujer debe darle espacio, respetarle y no agobiarle sacando a relucir el tema si él prefiere no tratarlo. «Ella debe dejarle claro que va a seguir queriéndole igual que antes y ofrecerle su disponibilidad para hablar del tema cuando él lo considere oportuno».

Marta Prats añade que cuando son las mujeres las responsables de no poder quedarse embarazadas, prefieren hablar con frecuencia del tema para desahogarse, llegar a entenderlo y sentirse arropadas al respecto. «Necesitan más apoyo de la pareja. También de otras personas, como pueden ser familiares o amigos. En este punto es importante que la pareja negocie con antelación a quién se lo van a contar porque se trata de un tema muy íntimo y quizá el otro miembro de la pareja no esté interesado en que ciertas personas lo sepan y se pueden producir conflictos.

Aunque cada pareja es distinta y tiene sus propias estrategias para salir adelante, esta psicóloga recomienda a ambos seguir los siguientes pasos:

Apóyate en el entorno y no tengas miedo de pedir ayuda.

Comunícate de forma asertiva sin miedo a expresar las necesidades emocionales.

Cuando la asertividad no funciona, no hay que tener miedo de cerrar círculos.

Priorízate y sé capaz de poner límites.

Intenta no aislarte completamente y mantén tu vida social.

No obstante, las personas del entorno que conocen la situación de la pareja deben ayudarles desde la empatía:

-Comunicarles y que sepan que nos importan y que estamos ahí de manera incondicional.

-Escuchar de forma activa y validar sus sentimientos, evitando frases que frivolizan la situación.

-Nunca preguntar de quién es el problema, de él o de ella.

-No preguntar por qué no se someten a un tratamiento de reproducción asistida.

-Si eres tú quien ha logrado un embarazo, no lo ocultes. Cuéntalo, pero no en persona ni delante de otros.